STATCOUNTER


miércoles, 14 de julio de 2010

ADELA Y NORBERTO

ADELA Y NORBERTO . Hace cuatro días encontré tirado en un cajón de mi casa el poema enmarcado en madera de cerezo que con tanta ilusión regalé a Norberto. No tuvo ninguna compasión por mi poema. Ayer curiosamente encontré en Internet unos poemas de Adela, y uno de ellos me pareció lindo de verdad. Se titula “Sueños” y habla de la imposibilidad de atrapar los sueños, ya que por su misma naturaleza siempre se acaban escurriendo, a lo sumo se atrapan sucedáneos de ellos, réplicas anodinas, pero nunca se alcanzan los sueños mismos, porque son perfectos y no están al alcance de seres tan imperfectos como los humanos.
No sé qué voy a hacer con ese poema enmarcado que Norberto rechazó con tanta brusquedad. No lo puedo conservar porque me trae muy malos recuerdos, y me parece inconcebible tirarlo. Sería un crimen, ningún poema se merece un destino tan impío como ése. Se me ha pasado por la cabeza enviárselo a la Sra. Adela, porque ella parece una persona sensible y buena, pero a lo mejor, no le encontraría ningún sentido a ese poema y lo dejaría aparcado en cualquier armario viejo. No sé qué hacer con mi poema.
La verdad nunca me hubiese imaginado que Norberto se atreviera a una tal indignidad. Él que dice que vino a España para realizar sus sueños. Según me contó su sueño era pasear por los parques de Barcelona abrazado con la persona amada, aunque yo creo que buscaba otras cosas, porque este deseo, pues para mí eso de pasear por los parques no es ningún sueño, es algo muy prosaico. Si hubiese leído el poema de adela, se hubiese dado cuenta de que los sueños nunca se alcanzan. He aquí el poema:


"Eternos sueños"

Sueños quiméricos, volátiles,
que sois granadas para el deseo
y lirios para las noches sin amor,
¿por qué prometeis y no dais nada?
Llevais tanta agua en vuestros cauces,
y, sin embargo, casi siempre arribais
secos a nuestras bocas llagadas de sed.
¿ Por qué, decidme, aún tengo fe
en vosotros y en vuestros espejismos?

Ahora sé que no miente mi alma
cuando, lúcidamente, me susurra:

y no pude atraparlos...
pues eran solo sueños.

ADELA

Aunque si alguien le preguntase a Norberto si se están cumpliendo sus sueños en Barcelona él diría que sí. Sólo él sabe si ha merecido la pena recorrer 14.000 km, aunque teniendo en cuenta su exagerada autoestima, él siempre contestará que “ Obvio que mereció la pena”. En mi humilde opinión creo que ha merecido la pena más por las tristezas que ha pasado que no por las alegrías. En fin, sólo decirle una cosa a Norberto, los sueños pueden ser muy importantes, pero para un cristiano ningún sueño merece que uno tenga que pisotear al PRÓJIMO para alcanzarlo, y en el caso de que tuviera que ser asi, se debería renunciar a ese sueño, porque es un sueño egoísta y deshonroso. Si Norberto ha aprendido sólo esto, entonces ya habrán merecido la pena recorrer esos 14.000 km. NINGÚN SUEÑO JUSTIFICA EL DESPRECIO AL PROJIMO, ABSOLUTAMENTE NINGUNO, sobretodo porque como muy bien dice Adela en su poema; “y no pude atraparlos... pues eran solo sueños”.

CARLES SOL ER.