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miércoles, 14 de noviembre de 2018

GOLPE DEVASTADOR DEL GOBIERNO CONTRA EL ARGENTINO Y LOS VENDEDORES DE HUMO

"El Gobierno expulsará a las pseudoterapias de los centros sanitarios

Ningún hospital público ni privado podrá ofertar tratamientos alternativos no avalados por la ciencia

El Ejecutivo reforzará el control para evitar la promoción comercial de productos supuestamente sanadores

Olga Pereda / Valentina Raffio
 

Un grupo de personas se somenten a una sesión de Reiki, considerada una pseudoterapia, en el parque ferial de Madrid. / DAVID CASTRO

 
Guerra sin cuartel contra la pseudociencia. El Gobierno ha presentado, por fin, el plan contra las pseudoterapias, que tiene por objetivo básico “proteger la salud” de los ciudadanos. La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo (médica de formación), y el titular de Ciencia, el astronauta Pedro Duque, han sido los encargados de anunciar el proyecto, que, al menos en teoría, es muy ambicioso y contiene tentáculos legales. Cuando sea una realidad -la aprobación definitiva implica unos cuantos meses- ningún centro sanitario público ni privado podrá ofertar terapias que no estén científicamente comprobadas (el reiki y la acupuntura, por ejemplo, aunque el listado oficial incluye más de cien). El Gobierno perseguirá la publicidad engañosa (productos que se promocionan como sanadores cuando no lo son) y se compromete a lanzar campañas de información para que a los ciudadanos les quede muy claro qué es ciencia y qué no lo es.

“No queremos una sociedad de pensamiento único. No buscamos eliminar las creencias personales de cada uno. Lo que sí queremos es que los ciudadanos tengan toda la información para tomar las decisiones en lo que a su salud se refiere”, ha detallado Duque. El plan incluye una revisión de la formación sanitaria en las universidades para desterrar definitivamente los programas o contenidos sin evidencia científica.

Repasamos los principales puntos del documento, que considera la salud un derecho básico y tacha a las pseudoterapias de “grave riesgo”. Especialmente, cuando los pacientes que sufren enfermedades serias abandonan sus tratamientos médicos y se ponen en manos de la mal llamada medicina natural.

1. Las pseudoterapias, fuera de los centros sanitarios

La medida estrella del plan es sacar las pseudoterapias de los centros sanitarios. No solo de los hospitales sino de cualquier ambulatorio. Y también de los centros privados, que a partir de ahora si quieren seguir ofertando terapias alternativas no contrastadas con la ciencia deberán renunciar a llamarse centro sanitario. “Serán otra cosa, pero no un centro sanitario”, ha detallado la ministra de Sanidad. En los centros homologados se retirarán unidades asistenciales para eliminar cualquier posible inclusión de pseudoterapias. Esto ocurre más de lo que parece. El hospital público Ramón y Cajal (en Madrid) incluía hasta hace poco reiki como complemento para los pacientes de Oncología. En el hospital privado Quirón, también en la capital española, se ofrece, previo pago del cliente, acupuntura. Y además, se reparten folletos promocionales de homeopatía, “indicada para cualquier enfermedad” y también “como complemento de los tratamientos oncológicos para minimizar los efectos adversos de la quimioterapia”. Cuando el plan del Gobierno tenga luz verde definitiva todo esto estará desterrado. Con el objetivo de evitar el intrusismo, se garantizará que todas las actividades sanitarias se realicen por profesionales que dispongan de la titulación oficialmente reconocida.

2. Publicidad engañosa

Muchos curanderos no tienen centros sanitario propio, pero sí institutos u oficinas donde se practican las pseudoterapias. “En ningún caso podrán promocionar sus productos diciendo que, por ejemplo, curan el cáncer. Podrán decir cualquier cosa, que sus clientes hacen el pino puente o que dan volteretas con sus productos. Pero nada más”, ha insistido, irónica, la titular de Sanidad.

El plan implica reforzar los mecanismos de control existentes para evitar la promoción comercial de prácticas no amparadas por la ciencia, ya sea en jornadas, redes sociales o internet. De llevarse a cabo al pie de la letra, supone una espada de Damocles para todos los curanderos que, por ejemplo, promocionan en charlas el MMS (un derivado de la lejía que recibe el nombre de Solución Mineral Milagrosa) como producto que sana el autismo. Es el caso de Josep Pàmies o el puertorriqueño Gregorio Placeres.

 

3. Información veraz

 

Los españoles confían mayoritariamente en la medicina científica, ha dicho, con orgullo de médico, la ministra Carcedo. Y ha dejado claro que la nota media que se le da a la sanidad pública es de 7,25 sobre 10. Sin embargo, el recurso a las pseudoterapias no es residual. Más de la mitad de la población (el 60%) está convencida de que la acupuntura funciona y cerca del 53% considera que los productos homeopáticos son efectivos. De hecho, a lo largo de 2017 más de un 6% de españoles acudieron a un acupuntor y casi un 10% visitaron el despacho de un homeópata, según los datos del CIS.


El Gobierno pretende que los ciudadanos tengan acceso a información veraz frente a las pseudociencias, cuyo listado oficial (que actualmente incluye más de cien terapias no avaladas por la ciencia) será revisado y trasladado a la opinión pública. Es la mejor vía, según el ministro Duque, para que los españoles “puedan tomar decisiones informadas y responsables sobre su uso”. El mismo Duque, por ejemplo, defendió en su día la quiropráctica. En 2004 escribió el prólogo de un libro sobre esta pseudoterapia. En una reciente entrevista a El País, el astronauta aseguró que ha cambiado de opinión tras haberse informado bien y haber comprobado que para determinados problemas físicos, la fisioterapia (avalada por la ciencia) es el mejor camino. “Hay que explicar bien las cosas a la gente”, concluía en la entrevista.

El Gobierno, al igual que hace con la violencia machista, pretender trabajar codo con codo con los medios de comunicación para asegurar el rigor en las noticias de ciencia y salud. El objetivo es “evitar la desinformación”. “Los periodistas siempre trabajan con prisa, pero nosotros nos comprometemos a facilitar con rapidez fuentes científicas para poder contrastar las noticias”, ha asegurado Duque.

4. Formación de los futuros médicos

 

Si el plan incluye la expulsión de las pseudoterapias de los hospitales y otros centros sanitarios, también hace lo propio con la universidad. Eso es algo que ya se estaba haciendo por parte de las facultades. La Complutense de Madrid, por ejemplo, anuló el año pasado sus títulos relacionados con la homeopatía y ahora mismo no tiene ningún curso ni titulación relacionada con ella. Mientras, en el 2013, la Universidad de Zaragoza retiró la concesión de dos diplomas. Uno de ellos en terapias homeopáticas y el otro, en homeopatía clínica. La decisión se produjo después de que varios profesores y alumnos se quejaran. Tres años después, en el 2016, la Universitat de Barcelona (UB) decidió suprimir el máster en homeopatía que impartía desde el 2004. Para ello fue decisivo un informe desfavorable realizado por la facultad de Medicina y en el que varios profesores destacaban la “falta de base científica” de la homeopatía. La supresión de estos estudios, que eran de carácter bianual y en los que en el 2016 se habían matriculado 20 alumnos, se meditaba desde mucho tiempo antes de que Medicina publicara su dosier crítico debido, precisamente, a la controversia científica que genera la homeopatía.

El plan del Gobierno viene a reforzar estas iniciativas. A los futuros médicos se les recalcará qué prácticas y métodos no tiene evidencia científica. De la mano de los rectores, se verificarán los títulos y los contenidos formativos. Y no solo durante la carrera sino que en el MIR las pesudoterapias también estarán expulsadas.

El plan no empezará a estar vigente mañana. Ni la semana que viene. Solo acaba de dar un primer paso. El jueves se presentará en el Consejo Interterritorial de Salud, donde tienen voz propia las comunidades autónomas. El proyecto también está abierto a la opinión de otros sectores implicados, como los colegios profesionales y las sociedades científicas. De momento, el proyecto no contiene ningún tipo de sanción a los que se salten la nueva normativa, que implica la modificación de varios reales decretos."