NORBERTO Y EL TIMO DEL AMOR
Con gran incredulidad, leí las siguientes palabras de Norberto sobre mí:
desde el cielo – tras una agresión fatal -- seguiré rezando por él (porque hay
que amar a todas las criaturas). Más allá de lo esperpénticas que son, lo peor
es que son falsas. Si al menos expresarán una verdad. Pero que va. Son
absolutamente mistificadoras. Para demostrar lo poco sinceras que son basta
recurrir a las propias palabras del argentino, cuando en el mismo escrito afirma: “ … y HASTA lee
este blog”. Es decir, por una parte reza por mí para “desearme todo bien” y por
la otra, da la sensación que le moleste que lea su blog. Como se digiere
semejante incoherencia. No hay manera. O lo uno es cierto y lo otro falso, o al
revés. Como es obvio, lo que es falso es que sienta ninguna clase de amor por
mí ni que me desee ningún bien, cómo va a desearme ningún bien, si hasta le
molesta que lea su blog. Un blog creado para que cualquiera lo lea.
Es evidente que si le causa enojo
que lea su blog, es porque en el fondo me desprecia, si no cómo se pueden
entender sus palabras. Otra vez pillado con las manos en la masa. Son tantas
que ya no viene de una más. Qué bien recuerdo todos los desprecios que me hizo
durante el tiempo que duró la convivencia. En mi ingenuidad creía que era yo
quien malinterpretaba sus intenciones, hoy no tengo la menor duda de su
voluntad de zaherirme. Bien se puede decir de él, a Dios rezando y con el mazo
dando, porque todo el escrito que hizo hablando de mi, aún resuena como un
martillazo en mi consciencia. No reconocer que fue por caridad el motivo por el
que vino a Lleida: …hay que tenerlos muy abultados. Pero Norberto es la
CONTRADICCIÓN en carne viva, dice una cosa y al mismo tiempo hace la contraria.
¿Cómo se puede compaginar que rece por mí y que le disguste que yo lea lo que
escribe? No se puede. Ya se ve lo fácil que resulta cazar antes a un mentiroso
que a un cojo.
Para entrar en mi blog, muchas veces escribo el nombre del argentino en el
Google, tras lo cual me aparecen, entre
otras entradas, las de su blog, entonces
por curiosidad fisgoneaba un poco. Tampoco lo veo tan enfermizo, aunque él, tan
buen cristiano como siempre, no desaprovecha la menor ocasión para presentarme
como un psicópata obsesionado. De la
misma manera que él lee este blog, yo leí algún artículo de los que publicaba,
porque de alguna manera me demuestran que aunque la mona se vista de seda, mona
se queda.
Tiempo atrás leía lo que encontraba en Internet sobre él para poder
entender por qué obró de una forma tan poco humana conmigo. Aún hoy sigo sin
entenderlo muy bien… pero sea por lo que sea, en el fondo de todo hay una
soberbia que no se amolda a ninguna ética y que no duda ni un solo momento en hacer
tierra quemada de todos los que no lo
adoran.
Su blog lo he leído en dos ocasiones para saber lo que escribió sobre mí.
Respecto a lo que escribe en el blog que tiene en una asociación cristiana, lo he
leído algunas veces más. Pero ya no lo leo, pues tras las imperdonables
idioteces que dijo sobre San Agustín ya no me atrae leerlo. San Agustín fue un
hombre que abominaba del sexo, luego usar el pensamiento del gran pensador
cristiano para justificar los desvaríos de su propio “pito”, me parece
totalmente obsceno.
En fin, su amor, que le hace rezar por mí, me parece un timo casi tan memorable
como el de sus marcianos de luz. Solamente considerándolo así, se puede
entender que Norberto afirmara que la causa de su ruptura con Diego se deba exclusivamente
a este BLOG. ¿No será más bien que, aunque lo apreciara mucho, no lo amase? O mejor dicho, si lo amó, fue
por razones ajenas a las que nacen de un auténtico amor, es decir, no lo amaba
tanto por él mismo sino por los
beneficios sociales y terapéuticos que le reportaba, es decir, más por cálculo que por
sentimiento. Lo que, en todo caso, me
queda claro, es que de esta manera, el argentino se descarga de toda
responsabilidad, y me endosa todas las culpas de la ruptura a mí. Una forma muy
valiente de afrontar las propias decisiones.
En todo caso, baste recordar aquellas míticas palabras de San Pablo, ni los
abismos ni las alturas podrán separarme del Amor de Dios en Cristo, pues bien,
en el caso del argentino, bastó un simple blog, donde expreso los sentimientos de extrañeza y estupor que el
paso del argentino dejó en mí, para separarlo de Diego. Nadie se puede creer
una cosa así. Si este blog rompió la confianza entre los dos, ello solo puede
ser porque tal confianza era por si misma muy endeble, porque de lo contrario
ni este blog, ni un millón de blogs como éste, la hubieran roto¡¡¡¡