“Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo” Lc 17, 1-6 (TODO PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA)
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viernes, 1 de noviembre de 2013
LA GRAN QUIMERA DEL ARGENTINO
LA GRAN QUIMERA DEL ARGENTINO
Acabo de
leer el texto en que Norberto define, por decirlo de alguna manera,
su filosofía de vida, y me he quedado petrificado, anonadado,
patidifuso. Dios mío, ni en el caso de que hubiera sido captado por
una secta o abducido por unos extraterrestres, podría hacerse una
mayor TERGIVERSACIÓN de la verdad.
LO QUE DIJO
EL ARGENTINO
“ Nunca he
planeado NADA en absoluto. Nací en un río y la corriente me fue
llevando a distintas ciudades...”
ES
ABSOLUTAMENTE FALSO QUE EL ARGENTINO NUNCA HAYA PLANIFICADO NADA Y sé
cómo demostrarlo.
Ciertamente
el argentino usa metáforas para expresar su concepción de la vida,
pero sin lugar a dudas, tal metáfora delata sus intenciones. Si el
argentino, nunca ha planeado nada, se deduce que ha obrado sin
cálculo, atolondradamente, incluso caprichosamente, si no ha
planificado nada, quiere decir que nunca se ha planteado un fin ni un
objetivo, porque es sabido que la diferencia entre los hombres y los
animales es que unos tienden a su fin por instinto, mientras que los
otros tiende a él razonando, es decir, elaborando estrategias para
alcanzarlo. Sin embargo, el argentino no afirma que no tenga fines,
sino que ha sido llevado a esos fines o metas por medio de lo que él
llama “la corriente”. Donde esa “corriente” se puede entender
como la Providencia o el Destino.
Norberto,
pues, se ve a sí mismo como una hoja muerta que el agua arrastra.
Pero entonces, de qué le sirve ser humano, tener voluntad y
entendimiento. Norberto niega la libertad humana, el libre albedrío.
Es más, deja entender que estar hecho a imagen y semejanza de Dios
es ser como una hoja muerta. Pues vaya idea más elevada tiene de
Dios¡¡
Siguiendo el
razonamiento del argentino, cuando yo escribo este blog, no lo
escribo por decisión propia, sino movido por la “corriente”. Es
decir, es la “corriente” y no yo quien en realidad lo escribe. De
la misma forma, cuando alguien asesina a otra persona, no debe ser
considerado culpable de tal asesinato, pues es la “corriente” y
no él quien en realidad ha cometido el delito. De esta manera, nadie
puede ser considerado responsable de sus actos. Ni responsable ni
incluso autor. Cada uno de nosotros somos una especie de marionetas a
merced de esa “corriente” que nadie nunca ha visto.
Ciertamente
Norberto no es el primero en pensar así. Mucho antes que él
pensaron así los estoicos. Ellos también creían que una
“corriente”, o para decirlo con sus palabras, un logos, una
Inteligencia Superior, y por lo tanto, infinitamente buena, gobernaba
nuestros actos. Pero a diferencia del argentino ellos eran
consecuentes con su planteamiento, por eso se declaraban unos
materialistas furibundos, por eso rechazaban toda clase de emoción,
porque según ellos no cabía ni alegrarse ni entristecerse ante las
vicisitudes de la vida, lo único que hay que hacer es aceptarlas
resignadamente. Aunque si una Inteligencia Superior( infinitamente
buena) rige el comportamiento de los hombres, cómo se puede explicar
el holocausto nazi, en cambio si partimos del hecho, fácilmente
certificable, de que el ser humano es muy imperfecto, y que se deja
dominar por las pasiones más turbulentas, es fácil entender porque
en algunas ocasiones puede causar verdaderas atrocidades.
Por supuesto
la inmensa mayoría de la humanidad no comparte semejante filosofía
tan opuesta a la experiencia cotidiana. Saben perfectamente que su
vida está determinada por sus actos, y que en general su presente es
una lógica consecuencia de su pasado, que si en algunas
circunstancias hubieran obrado de forma diferente, también su
presente sería diferente. Por eso mismo, desde tiempos inmemoriales,
afirman: uno recoge lo que siembra. Por eso millones de personas
intentan perfeccionarse día a día, ser mejores personas, mejores
estudiantes, lo cual no tendría sentido si sus actos no dependieran de ellos. Pero no solo las personas más simples piensan así, sino
los poetas de todas las épocas. Uno de los grandes poetas españoles,
Antonio Machado, escribió unos versos famosísimos, musicados por
Joan Manuel Serrat, que rezan:
CAMINANTE,
NO HAY CAMINO,
SE HACE
CAMINO AL ANDAR,
Y AL VOLVER
LA VISTA ATRÁS,
SE VE LA
SENDA QUE NUNCA
HAY QUE
VOLVER A PISAR.
Por supuesto
que así es como piensa el hombre moderno de nuestra época. Por supuesto que no
hay camino ni hay corriente ni hay río, sólo hay un hombre que, con más pena que gloria, se abre camino en este Valle de Lágrimas.
LA GRAN
EQUIVOCACIÓN DEL NORBERTO
Pero, al fin
y al cabo, que el argentino crea que nuestro destino ya está escrito
antes de nacer es sencillamente irrelevante, es su opinión, mejor o
peor, y ya está, y si él cree eso, pues allá él con sus
creencias. Ahora bien, lo que resulta inadmisible es que mienta a
sabiendas, confirmando una forma de obrar que no se corresponde con
la realidad, al afirmar solemnemente que él nunca planificó nada en la vida.
¿ POR QUÉ
NO ES VERDAD QUE NORBERTO NUNCA HAYA PLANEADO SU VIDA?
Podría dar
infinidad de ejemplos que lo demostrarían, pero de momento me voy a
limitar a dos muy elocuentes.
1.- El
argentino antes era de una manera muy distinta a cómo es ahora. Era
muy tímido, muy reservado, muy callado, pero tras leer algún
librito de psicología, decidió cambiar de manera de ser. Es decir
se propuso como fin ser más abierto y comunicativo, e ideó los
medios pertinentes para lograrlo, es decir, planificó su manera de
ser¡¡¡¡ Si alguien es capaz de planificar su forma de ser, cómo
diablos no va a planificar otros actos mucho más fáciles de
planificar. Que eso es así se demuestra porque el argentino
escribió” cuando pienso quien fui y quien soy, me recompongo”.
Es decir, sentía una gran satisfacción por haber cambiado, gracias
a su propio esfuerzo, de manera de ser. Muchos de los que han
convivido con él, le habrán oído contar lo feliz que se sentía al
haber sido capaz de cambiar su carácter.
2.- Cuando
le propuse venir a mi piso, el argentino me escribió lo siguiente: “
me lo tengo que pensar muy bien, antes de tomar una
determinación”. Pero en qué quedamos, no era la “corriente”,
la que le llevaba a los sitios, entonces por qué lo tenía que
pensar muy bien. En esa ocasión, como en otras muchas, el argentino
no se lanzó a la buena de Dios, sino que planificó bien las cosas,
de lo contrario hubiera escrito, “por supuesto que acepto tu
propuesta, porque es lo que la corriente quiere”. Pero mira por
donde no fue así, el argentino prefirió sopesar muy bien las cosas
antes de actuar¡¡¡¡ No es muy coherente, que digamos, el
argentino.
LAS NORMAS
QUE NORBERTO IMPUSO EN LA CONVIVENCIA
NORBERTO
dispuso, para aceptar la convivencia, que no hubiera nada de sexo ni
de amor sentimental . Es decir, después de pensarlo muy bien,
planificó, antes de venir, que esas cosas no se tendrían que dar.
Se ve que respecto a eso no confió mucho en la “corriente”,
porque esas cosas no se suelen planificar, si surgen bienvenidas, y
si no, pues también. Aunque el argentino agregó, que no le
apetecían esas cosas porque “no tengo ánimos para dar”, lo cual
resultó para mí de lo más razonable, porque previamente me había
contado, por escrito, que “tenía los ánimos destruidos y que
estaba muy deprimido”. Actualmente, mi padre vuelve a pasar por una
depresión, tiene los ánimos destruidos y por supuesto no tiene
ganas ni de sexo ni de aventuras sentimentales, lo único que hace
cuando se levanta es tenderse al sofá y allí se pasa toda la
mañana. Es evidente que mi padre tiene los ánimos destruidos. Pero
cuando Norberto vino a mi casa, no tenía ganas precisamente de
tumbarse todo el día en el sofá, y menos toda la noche, porque las
noches se las pasaba muy bien con otras personas. JUSTAMENTE, porque
tenía los ánimos destruidos, no tenía sentido plantear el tema del
sexo ni del amor, y por eso, es mi forma de pensar, creí que la
convivencia iba a ser mucho más fácil, lo cual me predispuso a
abrirle las puertas de mi casa. Sin embargo, mi desconcierto fue
total, al percibir cómo el argentino se encontraba muy bien de
ánimos, infinitamente mejor, al menos, que mi padre.
¿POR QUÉ
EL ARGENTINO VINO A LLEIDA?
Por supuesto
porque la CORRIENTE lo llevó allí. No tiene nada que ver que yo, en
el uso de mi libre albedrío, se lo propusiera. No tiene nada que ver
que debido a sus errores, se quedara sin trabajo, nada, vino porque
así lo quiso esa Corriente.
¿POR QUÉ
EL ARGENTINO VINO A ESPAÑA?
Por supuesto
porque la CORRIENTE lo llevó allí. No tiene nada que ver con que en
España vivieran su hermano y otros familiares, porque si la
CORRIENTE lo hubiera llevado a Rusia o a China, él obediente, allí
se hubiera ido. No tiene nada que ver con que su situación en la
Argentina no satisficiera sus expectativas laborales o sentimentales.
Nada que ver, solo esa CORRIENTE QUE NUNCA NADIE HA VISTO.
¿POR QUÉ
EL ARGENTINO SE FUE A LA CIUDAD DE DIEGO?
Por supuesto
porque la CORRIENTE lo llevó allí. No tiene nada que ver los
problemas del hostal, fue pura coincidencia que una cosa coincidiera
con la otra. Solo la CORRIENTE.
¿POR QUÉ
EL ARGENTINO CREE EN ESA CORRIENTE?
Porque su
orgullo no admite el fracaso, por eso se inventa esa “corriente”
que le permite dar las culpas de sus fracasos a esa “corriente”
en lugar de a sí mismo. Nunca ha asumido que uno es responsable de
sus propios actos ni que hay que saber afrontar sus consecuencias,
sin huir como un cobarde. Los errores son naturales, y hasta cierto
punto inevitables, por eso todos los cometemos. Nadie está libre de
error. La grandeza del ser humano no reside tanto en caer sino en
saber levantarse. Y es evidente que el argentino se ha sabido
levantar muchas veces, y eso, sobre todo, es su mérito, que depende
de su propia voluntad y no de una “corriente” que solo existe en
sus delirios. En todo caso, que Norberto nunca se olvide que fue su
fracaso lo que conmovió mi corazón.
CAMINANTE,
SON TUS HUELLAS
EL CAMINO Y
NADA MÁS.
CAMINANTE NO
HAY CAMINO,
SE HACE
CAMINO AL ANDAR.
AL ANDAR SE
HACE CAMINO,
Y AL VOLVER
LA VISTA ATRÁS
SE VE LA
SENDA QUE NUNCA
SE HA DE
VOLVER A PISAR.
CAMINANTE NO
HAY CAMINO,
SINO ESTELAS
EN LA MAR.
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