STATCOUNTER


sábado, 30 de marzo de 2019

VISITING , SOON, CORDOBA

iN A FEW DAYS, i WILL BE STAYING, IN coRDOBAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

NORBERTO CICIARO Y EL SEGUNDO NORBERTO

NORBERTO CICARO Y EL SEGUNDO NORBERTO

En mi increible incapacidad para predecir el futuro, pensé que el sudamericano que conocí algunos meses, se convertiría en un nuevo Norberto. La verdad es que no ha sido así. Sobretodo porque el chico en cuestión, Fernando, tiene junto a su prima en Portugal, un sitio más o menos estable donde alojarse. Sin embargo, no me cabe duda que en sus planes futuros, se encuentra el trasladarse a España tan pronto como se den las condiciones idoneas para ello.
Antes de llegar a España, su absoluta incertidumbre sobre cómo podría sobrevivir en España una vez aterrizara en suelo español, le indujeron a estrechar los lazos de amistad e incluso de algo más conmigo. Ahora en cambio que no ve necesaria mi colaboración para consumar sus planes, ha disuelto a la mínima expresión su vinculación conmigo. Sin duda alguna, fue el interés lo que le movió a relacionarse conmigo. Siendo justos, también habría otros elementos que debieron influir, pero en mucha menor medida. Exactamente igual que el Norberto. Solo vino a mí porque estaba necesitado, de lo contrario jamás se habría acercado. Y por interés de lo más desalmado dio cada uno de sus pasos. Nada hizo por amor al arte, o de forma desinteresada, absolutamente nada, o si lo hizo, yo no lo percibí, que para el caso es lo mismo. 
Naturalmente, también existen diferencia entre uno y otro. Para empezar, Fernando no da lecciones de ética ni se llena la boca hablando de cosas que no cumple. El argentino era la viva contradicción, su discurso no casaba nada con su comportamiento. Era un falso total. Un mentiroso compulsivo. Pero en cambio el se creía la persona más honesta y sincera del planeta. Menudo farsante. No es extraño que haya acabado siendo un mezquino vendedor de humo. Es para lo único que sirve.
Por otra parte, Fernando es un chico tímido, a pesar de tener un carácter fuerte. El argentino, en cambio, estaba encantado de haberse conocido. Dios mío, cómo se puede ser tan fatuo y presuntuoso. Pero si es una birria humana, almenos ese es el recuerdo que dejó en mí. 
Me siento estafado por Norberto, y no me siento estafado por Fernando. Quizás gracias a mi decepcionante vivencia con el argentino. Por que si no hubiera padecido semejante convivencia, habría acabado alojando a Fernando en mi piso. Pero como no ha sido así nada le debo ni nada me debe. Estamos en paces. Si se ha relacionado conmigo meramente por interés, pues no me importa, lo mismo he hecho yo. Porque esa relación, por llamarla de alguna manera, no nos comprometía a nada. Y debido a su penosa situación, llego a comprender sus motivos de obrar así. Si hubiéramos establecido un compromiso, ya hubiera sido otra historia. 
El argentino, en cambio, se comportó como una lombriz sin escrúpulos, actuando por egoismo y rencor. Creando una tan falsa imagen de sí mismo, que cuando descubrí su verdadero rostro, quedé trastornado  de por vida.