UN ARGENTINO, UNA PROSTITUCIÓN Y UN HOSTAL
Los últimos descubrimientos
referentes al carácter del argentino, así como a sus mecanismos de defensa psicológica,
me colocan en una posición privilegiada para abordar algunas cuestiones espinosas,
que hasta ahora no me había atrevido a considerar por la incomodidad que me
creaban.
MI ESTANCIA EN BARCELONA JUNTO AL
ARGENTINO
Hoy no voy a explicar toda la estancia,
me limitaré a narrar un episodio muy revelador, me estoy refiriendo
al ocurrido en el hostal donde ESTABA el argentino.
MI PERNOCTACIÓN JUNTO A UNA
EXTRAÑA
El argentino, para "agradecer" el gesto que tuve hacia él, me ofreció dormir gratuitamente en el hostal donde estaba. En principio, no me hizo mucha gracia, pero para no disgustar al
argentino, quien es exageradamente susceptible y no suele ADMITIR de buen grado
críticas o desplantes, acepté a regañadientes su propuesta.
Tras ir a la discoteca juntos (
lo que pasó allí dentro, por su trascendencia, lo analizaré en otra ocasión),
llegamos al hostal. Una vez dentro, el argentino me dijo: esa es tu habitación.
No abras la luz porque hay una chica.
Con muy pocas ganas, me deslicé
hacia el interior de la habitación, me desvestí como buenamente pude, y, a
ciegas, palpé la cama y me metí dentro. Mirando en todo momento de reojo a la
mujer que dormía a mi lado, intenté dormir algo. Al cabo de 4 horas, la chica
se levantó, y visiblemente incómoda por mi presencia, se vistió y se fue muy de
prisa. Estaba claro que no se sentía a gusto. A pesar de quedarme solo, tampoco
conseguí dormirme, porque aún estaba bastante inquieto y confuso por la poca consideración del argentino hacia mí.
LAS INTENCIONES DEL ARGENTINO Y
SU FALTA DE EMPATÍA
No hay duda de que en el fondo,
para sentirse bien con su propia consciencia, el argentino me ofreció esa
habitación compartida para saldar algo la deuda que tenía contraída conmigo.
Pero si lo anterior me resulta
más o menos obvio, mucho más todavía me resulta patente que al hacer semejante
gesto no pensó ni un solo momento en mí, en mis sentimientos, sino solo en él mismo.
1.- Me ofreció algo que no
necesitaba. Por mi situación económica, me puedo permitir dormir en un hotel de
5 estrellas, pero como soy una persona austera,
desprecio semejantes lujos, prefiriendo dormir una hora en el coche,
para una vez eliminada la sensación de sueño, reprender mi viaje hasta Lleida.
2.- La cosa hubiera cambiado
mucho, si por lo que fuera mi coche se hubiera averiado, entonces sí que
hubiera tenido sentido que me ofreciera la habitación, y en ese caso no me
hubiera molestado dormir con una extraña. Me hubiera resignado.
3.- No tiene ningún sentido que me ofrezca algo
que no es suyo. Los acuerdos que tuviera con la administradora del hostal a mí
no me afectan para nada. Si cobraba o no la seguridad social, no es mi problema. Si
estaba de acuerdo o no en que le explotaran a mí no me incumbía para nada. Porque de lo que no me cabe la menor duda es de que si Olga se avino a que yo durmiera gratis en el hostal, fue porque previamente se lo había cobrado con creces ( menuda era esa pájara). Pero a mí el argentino no me tiene
que meter en líos de terceras personas para contentar a su consciencia. Si no
podía darme nada a cambio de mi ayuda, mejor que no me diera nada a darme algo que me hizo
sentir muy incómodo. Yo no soy un perro
al que se le puede aparcar en cualquier sitio.
4.- cuando el argentino se alojó en
mi piso, yo le ofrecí mi mejor habitación. Él, en cambio, me hizo dormir con
una mujer a la cual no tuvo ni la gentileza de presentarme.
LA REACCIÓN DE DAVID AL GESTO del ARGENTINO
Cuando David leyó en mi blog el
episodio contado más arriba, alucinó. No pudo entender cómo alguien puede
ofrecer dormir con un extraño sin presentárselo antes. No puede entender el argentino que eso es una situación violenta y embarazosa.
LOS MOTIVOS REALES POR LOS CUALES ME OFRECIÓ ESA HABITACIÓN.
Como hijo de Narciso que es, necesita proyectar sobre los
demás una imagen muy buena de sí mismo. Por eso era muy importante para él que
la Administradora del hostal constatara:
11) Que
no estaba sólo en España, que había alguien que lo quería por él mismo. Alguien a quien podía recurrir, alguien que pudiera hacerle sentir que Dios no lo había abandonado. Ese alguien fui yo. Los del hostal bien que se aprovecharon. Poquísimos
serían los que aceptarían unas condiciones como las de ese hostal.
Pero como su orgullo no toleraba la idea de volver a la Argentina como un
perdedor, aceptó condiciones laborales más propias del siglo XIX que no del XXI
2) Para el argentino, consciente o inconscientemente, era muy importante que la
administradora pudiera constatar que él y yo no dormíamos en la misma
habitación ni en la misma cama, le horrorizaba la idea de que Olga pudiera
creer que se había prostituido. Tenía que quedar muy claro que yo dormiría en
una habitación distinta a la del argentino. Así daba a entender que yo no lo
había ayudado a cambio de sexo, sino porque es una persona “maravillosa”.
EL FRAUDE DE SU GESTO DE “GENEROSIDAD”
El argentino, de una forma sibilina,
dejó que arraigara en mí la idea de la “prostitución”. Me hizo sentir cómo si
yo quisiera una especie de intercambio de sexo por alojamiento. Insinuó de
alguna manera que eso sería abominable para él. En cambio, no le creaba ningún
cargo de consciencia aprovecharse de mí a cambio de nada.
SU FALSO AMOR
El hombre que proclama “el amor
que enseña la carne” fue el hipócrita que me hizo sentir como alguien que
quería aprovecharse sexualmente de él. MAGNÍFICA COHERENCIA, LA SUYA¡¡¡¡ La única verdad es que allí el único que
se aprovechó fue él de mí.
En lugar de dejar un buen recuerdo, que le hubiera sido muy fácil, hizo todo lo posible para que me sintiera mal conmigo mismo. Convirtió la convivencia en algo antinatural, estéril, triste, aburrido y absurdo.
El hombre que dijo " cuando me vaya, me echarás de menos", no fue ni capaz de decir adiós.
En lugar de dejar un buen recuerdo, que le hubiera sido muy fácil, hizo todo lo posible para que me sintiera mal conmigo mismo. Convirtió la convivencia en algo antinatural, estéril, triste, aburrido y absurdo.
El hombre que dijo " cuando me vaya, me echarás de menos", no fue ni capaz de decir adiós.
PERO POR QUÉ DIABLOS ME TENGO QUE SENTIR CULPABLE POR SER UN SER DOTADO DE SEXUALIDAD?
POR QUÉ EL SEXO TIENE QUE SER ALGO SUCIO?
POR QUE UNA PERSONA QUE SE ARRASTRA TRAS LOS CUERPOS DE DESCONOCIDOS, ME TIENE QUE HACER SENTIR COMO UN SER SUCIO? NO SE PUEDE SER MÁS FALSO, pero claro, COMO NOS CONOCIMOS REZANDO EL ROSARIO... ( la verdad es que me indigno al recordar una convivencia tan desgraciada como la nuestra)
Sus obsesiones proyectaron sobre
mí todos los fantasmas de su infancia. Si no me soportaba, que no hubiera
venido. Pero qué culpa tengo yo de su infancia, de su madre, de sus hermanos, de sus obsesiones, de sus complejos... Yo no tengo ninguna culpa de ello, y es ser muy hijo ... volcar sobre mí todo eso.
¿ CÓMO PUEDE SER QUE AQUÉL QUE HA
ESTUDIADO A FREUD, JUNG Y OTROS, NO SEPA ORGANIZAR DEBIDAMENTE UNA CONVIVENCIA
Y HAGA DE LO ANTINATURAL UN PRINCIPIO DE VIDA?
Es difícil imaginar una
convivencia más antinatural que la nuestra. Creo que Freud , Jung o Gross
sentirían tristeza por el argentino y le reprocharían que no hubiera entendido
nada de nada de sus teorías. Que en lugar de usar sus conocimientos para que los
demás se sientan a gusto, los use para "entristecerles". Y luego si te
quejas por lo mal que te hizo sentir, por no resignarte, por no callarte, te
llama, haciendo un uso francamente impropio de lo aprendido en la facultad, psicópata. MANDA HUEVOS¡¡¡
Él, MUCHO más que otros, bien debe de
saber que el mundo de los sentimientos y de las pulsiones humanas es un terreno
muy delicado, con el que no vale frivolizar.