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jueves, 12 de noviembre de 2015

EL CHICO DE OSUNA Y EL TRATO SUPUESTAMENTE INCUMPLIDO

EL CHICO DE OSUNA  Y EL TRATO INCUMPLIDO



Quedamos que seríamos amigos. Y eso, en honor a la verdad, no se ha cumplido. Yo no me pensaba que él tendría tantos problemas de comunicación. Yo tengo unos cuantos, pero creo que él me supera. Prueba de que no lo conocía bien. Ahora  que ya lo conozco, veo muy difícil que el trato que hicimos se llegue a cumplir nunca. Yo he hecho todo lo posible para cumplir con mi parte del trato. Pero un trato siempre es cosa de dos, y aunque sé que si no cumple con su parte no es porque no me trague, sino porque esa es su forma de ser, y lo que hace conmigo lo haría con cualquier otro,  eso no me sirve de consuelo. En todo caso, el trato que hicimos es muy sencillo de cumplir y millones de personas en el mundo  llevan a cabo tratos similares … pero por lo visto a nosotros dos nos viene grande. Yo no consigo entender esa dificultad tan extrema  en mandar un whatssap o en hacer una llamada perdida a alguien que la agradecería, sobretodo, cuando en el fondo él también tiene ganas de hacerla. Pero como diría aquél: así son las cosas y así se las hemos contado.

NORBERTO CICIARO ME ENSEÑÓ QUE LA RELIGIÓN PUEDE SER EL MAYOR ENGAÑO DE LA HISTORIA



NORBERTO CICIARO ME ENSEÑÓ QUE LA RELIGIÓN PUEDE SER EL MAYOR ENGAÑO DE LA HISTORIA





Una vez le preguntaron a una ilustre historiadora que cuál era, en su opinión, el mayor engaño de la historia?



Su respuesta fue: sin lugar a dudas, la religión.



A la misma conclusión he llegado yo tras conocer al argentino. Voy a explicarme.





Durante la guerra civil española, muchas iglesias fueron quemadas y muchos sacerdotes fueron ejecutados. ¿Por qué?

Porque la gente de izquierdas consideraba que los curas se habían aliado con los poderosos para explotar a la clase obrera y también porque creían que toda religión no era más que un montón de supersticiones falsas sin valor alguno, urdidas para dominar a los más pobres.

Los obispos, los cardenales y muchos curas preferían juntarse con los más ricos, dando la espalda a los que más sufrían, en contra de las enseñanzas de Cristo.  Cuando se les preguntaba qué hacían por los desgraciados de este mundo, muchos de ellos  respondían que REZAR. Desde sus palacios, desde sus confortables vidas, ellos rezaban.  Pero aparte de las oraciones, poca cosa más. Nunca se les veía frecuentar los barrios humildes ni acercarse a los marginados.  Pero ellos rezaban. ¿De qué servían dichos rezos a los que no tenían ni una migaja de pan para llevarse a la boca o trabajaban 25 horas en condiciones inhumanas? De nada. Cómo no habían de odiar a los que  se congraciaban con los gobernantes que perpetuaban tan insoportable miseria, a los que bendecían una sociedad tan injusta.



NORBERTO HACE LO MISMO QUE ESOS CURAS INSENSIBLES.



Norberto,   tras expresar la peor opinión sobre mí, “psicópata”, se encumbra a sí mismo afirmando: “ a pesar de que soy víctima de los peores sufrimientos, rezo por mi acosador”. Así se convence a sí mismo de que él es moralmente muy superior a mí. Hace exactamente lo mismo que esos obispos que ante el sufrimiento de los demás se limitaban a rezar y a exigir resignación cristiana.



Porque lo que el argentino hubiera querido es que yo me hubiera resignado y no hubiera protestado en lo más mínimo. Él recibió toda mi caridad, a cambio de nada, y a pesar de eso, me negó la palabra, y se fue sin dar las gracias ni decir adiós. ¿Dónde está la superioridad moral de quién obra así? Pero él reza¡¡ Qué valor tiene esa oración cuando se niega la palabra al prójimo?  Además de rezar, qué ha hecho el argentino para resolver el conflicto que revela este blog? Pues a parte de llamarme psicópata, nada. NADA. Por eso yo le llamo, con todo el derecho del mundo, DESAGRADECIDO Y MALA PERSONA. Él mismo, en un arrebato de lucidez, al repasar los hechos, se llamó hijo de puta. Más aún, me dijo que en el día del funeral de su madre, había afirmado que ésta era una hija ...( no lo digo, porque me parece tan miserable, pero, en todo caso, yo tengo de él la misma opinión que él tenía de su madre) Bien se podría decir que de tal palo, tal astilla. Hay que ser muy sinvergüenza para tras comprobar el gran disgusto que me causó su forma de obrar, no moviera ni un solo dedo para aliviar mi malestar, sino que lo aumentara con su indiferencia y con su desprecio. ¿Cómo no voy a creer que  la religión que él representa, y en virtud de la cual considera que lo único que se puede hacer es rezar, no es el mayor fraude de la historia?