STATCOUNTER


domingo, 23 de noviembre de 2014

DAVID: DONDE DIJE DIGO, DIGO DIEGO



La anterior expresión, donde dije digo digo Diego, creo que define a David. Esta expresión, así mismo, también define a todas las personas de naturaleza titubeante, que suelen vivir en un mar de dudas, y en cierto modo, también yo encajaría dentro de esa definición, porque  a veces también me cuesta tomar decisiones. Por eso, primero digo una cosa, pero luego la cambio, para volverla a cambiar pasados unos pocos instantes.
Pero  David también dice una cosa cuando quiere decir otra, y eso no es ser inseguro, sino ser ambiguo, porque no es que no sepa lo que quiere decir, sino que no se atreve a decirlo.
Enmascara lo que siente para aparentar ante los demás no sé qué. y es natural que lo enmascare porque él y yo hemos recibido una educación que nos empuja a enmascarar eso. Pero la naturaleza de uno mismo siempre acaba imponiéndose, y si uno la reprime, eso solo sirve para que esa misma naturaleza acabe emergiendo de forma turbia y angustiosa, creando en la mente temores e inseguridades, que a la larga desembocaran en tensiones inquietantes y en frustraciones dolorosas.
Primero uno debe conocerse a uno mismo, y ser lo que él es, y no aquello que los otros esperan que sea. Solo así se puede vivir aceptablemente bien, de lo contrario deberá aparentar lo que no es, pero quiere ser para dar gusto a los demás. Y eso por respeto a uno mismo y por respeto a los demás, porque a los demás  tampoco les gusta convivir con alguien que aparenta, no debería admitirse.
¿Cuáles son los verdaderos impulsos del corazón? Esos sí que importan. Hay personas que todo lo expresan y otras que todo se lo guardan, pero no por eso no se expresan, sino que se comunican por gestos y no por palabras. Y esos gestos los delatan.
Al fin y al cabo, entre la amistad y el amor no hay tanta diferencia, y si existe el uno también existe el otro, y al revés.
¿Por qué, entonces, ahogar lo que quiere aflorar?

EL ARGENTINO, UN BLOG Y UN AMOR TRÁNSFUGA



Hace unos días David me dijo: “ ¿No has leído lo que el argentino ha publicado sobre ti?”. “No”, le respondí sorprendido. Al cabo de unas horas, encendí el ordenador para echarle un vistazo. La verdad es que leí sus palabras con cierto escepticismo. Sin lugar a dudas, se refería a mí, utilizando, eso sí, un lenguaje indirecto, como el de este mismo blog.

Lamentablemente, en esa especie de reflexión que hace, el argentino se deja dominar por sus tendencias narcisistas, al fin y al cabo es un ejemplar puro de narcisista, tal como ese trastorno de la personalidad es definido en los tratados de psicología. Además, su escrito y sus acciones, al menos en referencia a mi persona, también revelan que es un AUTISTA MORAL, es decir, que como buen narcisista solo observa los criterios de su propio yo, mientras que desdeña los de la sociedad en la cual está inmerso si éstos no se ajustan a los suyos.



LO QUE ESCRIBIÓ



Sorprende que, después de tanto tiempo, el argentino no sepa afrontar la verdad de las cosas ni las consecuencias de sus acciones. La verdad, su verdad, le DA MIEDO. A pesar de las muchas técnicas (religiosas, sicológicas, etc.) que ha seguido para hacer frente a ella, lo único que ha logrado es ignorar dicha verdad. No ha sabido asumirla. La ha relegado a lo más hondo de su inconsciente, y allí la tiene, desterrada, pero no por eso menos viva, pues desde las oscuridades ejerce una influencia que impregna todas las acciones presentes del argentino, tal como demuestra su último escrito.



UNOS DATOS OBJETIVOS SOBRE LO QUE ESCRIBE EL ARGENTINO



Dice el argentino que vino a Lleida porque encontró un trabajo y que se fue cuando lo desechó. No se puede ser más manipulador. Pero no hay que olvidar que la suya es una manipulación narcisista, y, por lo tanto, enfermiza.



DESMONTANDO LAS MENTIRAS PATOLÓGICAS DEL ARGENTINO.



En un mail de hace cuatro años, que me envió, el propio argentino confesó las razones por las que vino a Lleida. Si una vez lo asumió y lo dejó por escrito, ¿por qué ahora reniega de lo que él mismo reconoció?

Es verdad que existieron problemas laborales, pero si bien esa pudiera haber sido una razón necesaria para su venida no fue, ni muchísimo menos, suficiente.

Decir que vino a Lleida por razones laborales, es lo mismo que decir que vino porque estaba vivo. Es obvio que si no hubiese estado vivo no habría venido, pero decir eso y  nada es lo mismo.

¿Por qué no revela la verdadera razón por la que vino a Lleida? Porque eso le crearía tremendos remordimientos y porque su técnica para superar las malas experiencias le prescribe que lo mejor es  dejar pasar el tiempo.

El motivo por el cual vino a Lleida ( y no a otra ciudad) fue por mi CARIDAD (no entraré en más detalles), sin ella nunca hubiera venido, y eso es así porque él propio argentino lo dejó escrito en varios mails. Entonces dijo que la caridad era la cosa más bella del mundo, ahora, por lo que se ve, reniega de ella. La contradicción en carne viva¡¡¡

Dice que se fue de Lleida al dejar, por propia decisión, el trabajo. Otra verdad a medias, otra manipulación de tomo y lomo. En primer lugar, decir que tenía un trabajo en Lleida, ya es mucho decir. Tener un trabajo es otra cosa. Se podría aceptar que en ese momento tenía un trabajo en Barcelona, pero no en Lleida. En Lleida tenía una chapucilla. En Lleida hacía un trabajillo que no le gustaba. La jefa que tenía, que aunque inválida no era tonta, se percató de ello, y de la forma más diplomática que pudo le propuso que lo mejor sería dejarlo por un tiempo y que, pasados unos meses, lo volvería a llamar con el fin de asignarle nuevas tareas. Es decir, lo puso de patitas en la calle. Sin lugar a dudas, fue un golpe morrocotudo para el orgullo del argentino. Pero fue así porque la misma señora me lo explicó. Cuando le dije que el argentino había sido el que había rehusado el trabajo, se quedó de piedra. Todo se comprenderá mucho mejor si se sabe que el argentino tenía que arreglar la casa y pasear al perro. Pues bien, el listillo del argentino dedicaba bastante más tiempo a pasear al perro que a hacer la limpieza de la casa, lo cual, como es normal,  disgustó mucho a la inválida. Así que ni corta ni perezosa, se lo sacó de encima. Esta es la cruda verdad. El argentino, por supuesto, no lo quiso reconocer, tan es así que al llegar a mi piso, bastante excitado,  me dijo: "si hubieras visto la cara de la "inválida" cuando le he dicho que renunciaba al trabajo…" y sonrió. Eso fue para él una gran victoria. Dios mío¡¡ Digamos también que, aunque no pactada, la función del argentino consistía en hacer algo de compañía a la mujer, cosa que le resultaba algo enojoso, porque no acababa de empatizar con ella. La criticaba porque aún vivía con su madre.  Corramos, por piedad, un tupido velo...



LA CULPA ES DEL BLOG



El argentino afirma que perdió unos “trabajos” y un “amor”. Cuando estaba en Barcelona perdió unos trabajos por no empatizar con sus jefes, y entonces, el blog no existía. El último trabajo en Barcelona lo perdió porque al no estar el local convenientemente "registrado" dio pie, como él mismo me dijo, a que algunos extrabajadores denunciaran a la propietaria y así sucesivamente… Este blog solo cuenta mis reacciones sobre un comportamiento del argentino. ¿Por eso va a perder un trabajo? Solamente si el argentino admite ante otra persona que este blog está inspirado en él, la otra persona puede concluir que hay una relación entre el blog y el argentino, de otra manera es imposible. Entonces, ¿por qué va a reconocer algo que no es evidente? Además, si toda la vida ha tenido trabajos temporales, ¿por qué ahora iba a ser diferente? Y si esto fuera así, ¿por qué justo antes de partir de Barcelona, lleno de alegría, porque la vida le sonreía, escribió : Gracias Carles, en referencia a que el blog le había ayudado a perfeccionarse como persona. Eso está escrito. La incoherencia hecha carne viva¡¡¡¡





RESPECTO AL AMOR.



Seguro que el argentino no contó nada sobre mí ni sobre el blog a su expareja, y cuando ésta lo descubrió se inquietó, haciéndose muchas preguntas, como por ejemplo:  pero ¿por qué no me lo dijo? ¿Qué pasó en verdad? ¿Puedo confiar en él? etc. Sin embargo, lo peor vendría cuando la expareja le formulara la  pregunta más terrible para él, a saber: ¿Pero has intentado hablar alguna vez con el catalán sobre el Blog? ¿ Lo has intentado arreglar con él? No, ni lo pienso hacer, respondería de lo más airado el argentino. Y ¿por qué no? Inquiriría la expareja. Hacerlo, ¿para qué? Además  no quiero ni verlo en pintura, ES UN PSICÓPATA¡¡¡ y cortemos el tema¡¡¡… ¿Pero es verdad que tuviste que dormir en la calle y que el te ofreció su piso? ¿Es verdad que te fuiste de su piso sin darle las gracias ni decirle adiós? ¿Es verdad que le negaste la palabra? Basta, cállate de una vez¡¡¡ ME ESTÁS AGOBIANDO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Y así, de golpe y porrazo, el verdadero argentino aparecería ante los pasmados ojos de su expareja, quien acababa de  cometer el peor crimen  que se puede hacer a un NARCISISTA: cuestionarlo. El orgullo del argentino no asumió que quien debía adorarlo ciegamente lo criticara, de modo que decidió cortar por lo sano. Así, al menos, me lo imagino yo… pero si el amor hubiera sido sólido y firme, ¿se hubiera roto?  Justamente al revés. Porque no fue sólido, al menos por una de las partes, se rompió. Una persona siempre es autónoma, con su libertad y sus defectos. Eso nunca debe olvidarse. No es posible amar a otra persona diciéndole siempre alabanzas.



EN RESUMEN



Este blog es la respuesta anormal a un comportamiento anormal. Pero es una respuesta puramente literaria y por ello está más allá de lo psicológico y de lo legal.

Otras personas hubieran, después de pasar por un disgusto tan grande como el que me llevé con el argentino, acudido a un psicólogo, pero me pareció tan injusto… La literatura ha sido mi terapia.



CONTINUARÁ