HACIA ANTEQUERA

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EL SEGUNDO NORBERTO CICARO SE SOLAPA CON EL PRIMERO

UN MONSTRUO DESAGRADECIDO.

Actualmente, preparo mi viaje a Málaga. Hubiera sido una inmejorable oportunidad para conocer en persona a Fernando, el segundo Norberto, un sudamericano que acaba de aterrizar en Portugal, para alojarse junto a su prima. Sin embargo, él no está por la labor. Hace un mes me sondeó para saber si sería posible que nos viéramos mientas él hacía escala en el aeropuerto de Madrid. No fue posible, porque yo tenía que trabajar. Ahora, en cambio, sí que sería posible vernos, pero él no está demasiado interesado. Entiendo su delicada situación, por lo cual yo tampoco  le he planteado abiertamente la posibilidad de un fugaz encuentro. Se lo he insinuado, y constatando su indiferencia,  lo he acabado descartando. No habrá encuentro. Aunque todo puede cambiar en el último instante, pero no parece demasiado probable.

Ni que decir tiene que mi vinculación con Fernando ha estado muy lastrada en todo momento por mi convivencia con el inefable argentino. Es muy probable que si no hubiera sido por el mal recuerdo de mi vivencia con él, ya nos hubiéramos conocido con Fernando, e incluso él estaría viviendo en mi piso. Pero los recelos me impiden hacer cuajar ningún tipo de relación con él. 

Me echa para atrás la odiosa sensación que se pueda repetir la historia. No quiero que algo tan feo se vuelva a repetir. Compartir la vida con alguien que solo mira por su interés es de lo más decepcionante. Hay personas mezquinamente egoistas, y Norberto es un ejemplo paradigmático del egoismo humano. Norberto es, fue y será la NADA. Una degustación anticipada de lo que tiene que ser la muerte. La nada absoluta, y tan absoluta¡¡ Sí que es verdad que dejó recuerdos y sensaciones, y en ese sentido no puede ser catalogado como una nada, pero a ciencia cierta, la muerte de otra persona también causa muchas sensaciones turbulentas y sobrecogedoras en nosotros, e incluso hay quienes sueñan con la muerte, y conservan muchos recuerdos relacionados con ella, por lo tanto, la Nada puede dejar un poderoso recuerdo en nosotros. Ese fue el caso del argenino, un recuerdo deleznable e indecente, pero recuerdo, al fin y al cabo. Qué horror que Fernando pueda dejar en mí un recuerdo igualmente abominable¡¡ El argentino no daba nada, más allá de intercambios fingidos e hipócritas, pero el muy sinverguenza exigía qu yo le diera toda clase de atenciones y se enfadaba mucho si no se las daba. Recuerdo con gran conmiseración como se irritó porque no le presenté a mis padres. Hubiera sido el error más grande de mi vida¡¡¡ Porque hasta el día de su defunción hubiera tenido que aguantar sus recriminaciones: lo ves lo que pasa por no hacer caso de tus padres, ya te dijimos que ese argentino era un aprovechado que solo buscaba su bien¡¡ Hubiera acabao enloqueciendo¡ Verdad es que Norberto es un pobre hombre, pero eso no impide que sea capaz de hacer el mayor de los males. Me hubiera sentido como el ser humano más vejado de la tierra si el argentino se hubiera marchado impunemente de mi piso. Riéndose en sus adentros a carcajada limpia por haber engañado a un pobre iluso. Pero no se fue de rositas¡¡ Supe devolverle ojo por ojo y diente por diente. Es lo menos que se merecía un monstruo tan desagradecido como él¡¡