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viernes, 27 de enero de 2012

RODA DE ISÁBENA




TORRECIUDAD: LA CASA DE L'OPUS DEI






RODA DE ISABENA









NORBERTO, EL SEXO Y MIS POEMAS

EL ARGENTINO, EL SEXO Y MIS POEMAS

EL LOBO Y EL BORREGO

Miguel de Unamuno afirmó: … no hay que decir tanto que el hombre es un lobo para el hombre, cuanto que el hombre es un cordero para el hombre. No fue el tirano el que hizo al esclavo, sino a la inversa. Fue uno que se ofreció a llevar a cuestas a su hermano, y no éste quien le obligó a que le llevase…”. Más allá de la verdad encerrada en las anteriores palabras, bien se podría convenir que existen hombres que por su naturaleza se asemejan a corderos mientras que otros se parecen más a lobos. Más aún, muchos de nosotros habremos actuado en ocasiones a la manera de lobos y en otras, de corderos. Sin ir más lejos, yo mismo me he sentido algunas veces corderito y otras, lobezno. Desde luego, mientras conviví con el argentino me sentí un ovino que iba siendo devorado lentamente, y sin compasión, por el egoísmo ajeno. Muchas veces percibí en propia carne las incisiones causadas por los colmillos de mi Canis lupus. Muchas veces me estremecí por sus aullidos desdeñosos. Muchas veces me sentí vulnerable ante su mayor corpulencia física. Aunque, en honor a la verdad, creo que más que por un cánido, fui asediado por un “Alma triste en busca de afecto”, quizás el más temible de todos los carnívoros.

Miguel de Unamuno también afirmó que: “… Salomón fue el rey de la sabiduría – y de la lujuria -- , el rey de la política. En cambio de la pobre Abisag (esa desgraciada virgen que calentó el cuerpo del anciano Rey David, sin  consumar relaciones sexuales con él), nunca se volvió a saber nada más, o si se supo, la Biblia lo calla. De Salomón nos dice que reinó y mantuvo un harén… “. No sabría expresar muy bien por qué, pero leyendo el anterior pasaje he recordado una anécdota vivida con el argentino en casa de mis padres.

NORBERTO EN CASA DE MIS PADRES

Un sábado, aprovechando que mis padres estaban vendiendo fruta en el mercado, llevé al argentino a la casa de campo que ellos poseen en las afueras de la ciudad. Le enseñé los campos, los corrales y los jardines. Por razones que ahora no vienen al caso, estaba tremendamente rígido e intranquilo. Después de dar unas cuantas vueltas por los alrededores de la finca, entramos en la vivienda. Le enseñé la cocina, la terraza, mi dormitorio y también mi despacho. Allí, rodeados de  libros, le mostré uno de mis poemarios. Tras echarle una rápida ojeada me comentó:

Norberto: veo que tienes fijación por las palabras semen y esperma.

Por mi parte, algo desconcertado ante ese comentario, le repliqué:

Carles: es verdad que uso esas palabras, pero no veo nada de malo en ellas.

El argentino, frunciendo el ceño, apostilló:

 Norberto: no sé qué decirte, no me parecen muy adecuadas  para un poema. Sexo, esperma, semen, falo… Carles, Carles, quién lo iba a decir de ti.

Me sentí avergonzado, porque en el tono del argentino no supe ver ni un solo atisbo de ironía o de “cachondeo”, más bien la percibí como una amonestación ante un comportamiento poco respetuoso. Era el suyo, un tono firme, y a la vez serio. Pero de repente, en un rapto de lucidez, me dije a mí mismo,

Carles: pero que esto me lo diga Norberto, qué sentido tiene. En primer lugar, ¿por qué saca el tema de la sexualidad? Y en segundo lugar, ¿por qué se hace el casto? No entiendo nada. Es libre, claro que sí, de hacerse el santo, pero ¿por qué me afea el uso de esas palabras? ¿Acaso no se acuerda de lo mismo de lo que me estoy acordando  en estos momentos? ¿Acaso olvida por qué nos conocemos? ¿Acaso no se acuerda de lo que escribió en esa página cristiana de Internet? ¿No estará, el muy “puñetero”, tomándome el pelo? Claro que sí. No puede hablar en serio. Ya verás tú como lo pongo en evidencia.

Entonces se me ocurrió mostrarle unos libros con cuadros de Schiele, un genial pintor conocido por ser el primero en otorgar rango de obra de arte a lo pornográfico. Para mi total sorpresa, el argentino se volvió a ratificar en sus comentarios puritanos. Hablaba como un santurrón. En concreto, dijo lo siguiente:

Norberto: Qué cosas te gustan, Carles. No sé cómo puedes tener unos libros así. Qué imágenes…

Finalmente, desistí de mi intento de hacer aflorar al auténtico Norberto. La verdad es que además de algo avergonzado, me quedé con una cara de gilipollas integral. No entendí nada. Por una parte, el argentino sacaba el tema sexual, y por otra, como retrocediendo, daba la sensación de censurar todo lo sexual. Pero, entonces, por qué lo sacaba. Dios mío, con la infinidad de cosas que se podían decir de mis poemas, y se tuvo que fijar en los vocablos más sensuales, no para alabarlos, sino para descalificarlos, entrando así en clara contradicción con su propia filosofía de vida. Nada. No entendí nada.

Hoy, en un intento de comprenderlo, quiero pensar que con aquellas insinuaciones mojigatas me estaba lanzando un balón para que yo se lo devolviese y así iniciar un juego divertido. No lo sé. En todo caso, en esos momentos me sentí como alguien a quien tienen esperando ante una puerta de entrada de una casa. El argentino estaba en el interior, pero no me invitaba a entrar ni se decidía a decirme que me marchara. Me quería, por alguna extraña razón, de pie ante su puerta, esperando como un idiota. Así, como alguien que espera sin saber qué definiría mi convivencia con el argentino. Hoy sé que no había nada que esperar. Nada. Estuve como un gilipollas esperando ante una falsa puerta. Era una pared y no una puerta. Por eso nunca se abrió.

LA PREGUNTA CLAVE PARA EL ARGENTINO

Ya casi al final de la convivencia, le pregunté: ¿Por qué quieres que me espere ante la puerta? ¿Por qué nunca me invitas a entrar? ¿Por qué si no quieres recibirme no me pides que me vaya? Por supuesto no se lo pregunté así, usando esa comparación de la puerta, siendo tan simbólico. Se lo pregunté mucho más directamente, un poco a lo bruto. La respuesta que me dio lo define sin lugar a dudas. No es éste el lugar para reproducirla. Baste decir que define al personaje, y, sobretodo, a sus miedos y a sus prejuicios. Fue una respuesta a la par incoherente y discriminatoria. En todo caso, le quería hacer ver que no es normal tener a alguien esperando aunte una puerta que no se abre nunca.

LOS POEMAS DE NORBERTO

La vida da muchas sorpresas. Curiosamente, la misma persona que me criticó por mi lenguaje sensual, escribió a su vez poemas muy subidos de tono, donde también se pueden hallar las mismas palabras que a esa misma persona le parecieron inadecuadas cuando las usé yo. No sólo usa un lenguaje muy lujurioso, sino que además compara el acto sexual con la Apocalipsis. Y habla de estallidos, supuraciones, etc. Todo un delirio. Verlo para creerlo. A continuación, presento una recreación de uno de los poemas del argentino titulado originalmente: Ego corrompido entre música francesa

EGO CORROMPIDO POR UNA MÚSICA FRANCESA

Al son de una canción francesa, mi alma
Se me vuelve más chunga y camorrista,
Como la de los chulos más colgados.

Cupido, el dios, se hizo un proxeneta
Para nuestros deseos más oscuros.
Él nos buscó, para la noche, un catre.
Sobre las manos nos puso, él, condones.
Él nos disfrazó el noble corazón
De bandolero sin ley ni moral.
Con él fuimos los machos malolientes,
Malotes, los cachondos diablillos
Del arrabal, amos y esclavos a la vez.
Sin culpas, trasgredimos el amor,
Embadurnándonos la piel de jugos.
Noche tras noche, lamimos esperma,
Sangre y otras ambrosías furtivas.

Al olor de tus pelos azabaches
Me vuelvo más canalla y tarambana,
Con ganas de engendrar en tus dominios
Todo el Apocalipsis de mi carne.            

Sobre tu piel, estallo en semen y sudor.
           Soy en ti el Séptimo Sello,
                                 La Bestia que ama y es amada.

En fin, una paradoja más del argentino. Acabo, citando unas palabra de Miguel de Unamuno: Los verdaderos ateos son los que están más locamente enamorados de Dios”.





POEMAS ERÓTICO SATÍRICOS PARA UN ARGENTINO

POEMAS ERÓTICO SATÍRICOS.

Ese argentino es el Chongo Jodón, un personaje creado mediante la técnica literária del "Alter Ego". La principal característica del Chongo es su OBSESIÓN por conciliar la dignidad del cristianismo con la frivolidad de lo Gay. De momento, su anhelo de armonizarlos se ha saldado con un más que estrepitoso fracaso. Es un fracaso pasajero, porque el Chongo está dispuesto a poner todo su carne en el asador para salir airoso de semejante desafío. Los  poemas de más abajo evidencian con toda crudeza lo absurdamente patético que resulta mezclar dos cosas incompatibles entre sí.





EL CHONGO JODÓN

En Buenos Aires, me partí los huevos
Defendiendo los “polvos” de los putos.          
Quería y quiero que todo animal
Folle a destajo, libre y a su antojo.
Amo la carne, y por ella doy, noche
Tras noche, lo mejor de mi persona.
La vida es regocijo, y si vacilas,
La perderás. Sé vivo, pues, y entrégate
Al goce del instante; sólo vive,
Pues sólo serás hombre, adorando la vida.
Yo la adoro. Mi templo es un boliche.
Mi dios, el cuerpo en celo de mi prójimo.
Cada fin de semana peregrino,
En pantalones de cuero azabache,
A los tugurios de los arrabales.
Allá, entre copa y copa de mojito,
Bailo al son de la música más mística,
Sorbo el incienso de los cigarrillos,
Sonrío y me sonríen, amo y me aman.
Allá, mi polla es una hostia santa,
Y el cuarto oscuro, un cáliz fraternal.
Allí beben y comen de mi Espíritu.
La mamo y me la maman. Los desnudo
Y me desnudan. Los beso y me besan.
Soy, allá, un chongo malote. Allá,
Para mi pinga, cada orto es un Cielo.
Allá, en las sombras, los busco y los sobo.
Sus oraciones me la ponen dura.
Los busco y los domino. Mi alegría
Es su alegría. Los mojo y los monto.
Allá,  su carne y la mía son una sola.
¡Oh, fabulosa Comunión del Ser¡








LINDOS PUTOS

LINDOS PUTOS DE LAS TINIEBLAS, los adoro:
Tomen mi verga porque ella es mi Gloria.
Tomen mi semen porque él es mi Aliento.
Adórenme sobre todas las cosas,
Porque YO SOY su Señor. Tengan fe
En el Chongo Jodón y sean felices.
Cada orgasmo divino de los míos
Es un cachito de alma que me resucita.
Cada corrida suya es la señal
De su resurrección en mi  Darkroom de ultratumba.
!! LINDOS PUTOS DE LAS TINIEBLAS, los adoro¡¡

jueves, 19 de enero de 2012

JUEGO DE PALABRAS PARA UN ARGENTINO

Hoy, mi mente, más traviesa de lo normal, ha encadenado las siguientes palabras:

CHONGO DE DISCOTECA con AIRES DE MÍSTICO FRÍVOLO


+


La Transfiguración argentina de San Francisco
Que DIOS los bendiga con un buen POLVO¡¡¡

miércoles, 18 de enero de 2012

GIRONA HIVERNAL (PARC DE LA DEVESA)






























GIRONA: THE MOST PERFECT CITY IN CATALONIA (AND PERHAPS IN SPAIN)

GIRONA: THE MOST PERFECT CITY IN CATALONIA.

Sometimes, walking along the old town of Girona, a man has the feeling to go into a city designed by an eccentric geometer.
The houses near the river seem drawn by using the bevel and the ruler, drawn with a ruling pen and colored according to a rational range of soft colors. No drop of passion, but rather an intelligent impetus behind the  creator of the whole architecture of Girona.
We feel the same sensation of rationality by contemplating, very moved,  the naked, icy, squared  forms of the  streets in the Jewish quarter, above all, that of San Lorenzo. What majesty, my God, the steps of the cathedral. All of them  are a wonderful intersection of planes, rectangles and vertices, masterfully deployed before our astonished eyes. The shapes of the cylindrical towers that define the entrance to the walled medieval town, seem to have been drawn by a giant compass. The same could be said about the  incomplete cone which crowns the church of Sant Feliu.
Every stone is impregnated with instinct of algebraic, geometric perfection. I could not tell exactly why, but the certain thing is that while you stroll through the maze of polygonal Girona, you recall, almost mechanically, the music of Bach. Somehow, Girona is the stony transposition of some   cantata by Bach.




De vegades, passejant pel barri vell de Girona, un hom té la sensació d’endinsar-se en una ciutat dissenyada per algun geòmetra estrafolari.
Les cases vora el riu semblen dibuixades utilitzant el cartabó i el regle, traçades amb un finíssim tiralínies i acolorides seguint una gamma racional de colors suaus. No hi ha gota de passió, sinó més aviat  un impuls intel·ligent rere el creador de tota l’arquitectura gironina.
La mateixa sensació de racionalitat se sent en contemplar, força colpits, les formes despullades, gèlides i escairades dels carrers del Call, sobretot, el de Sant Llorenç. Quina majestat, Déu meu, l’escalinata de la catedral. Tota ella és una meravellosa intersecció de plans, de rectangles, de vèrtex, magistralment desplegada davant els nostres admirats ulls. Les formes cilíndriques de les torres que delimiten l’entrada a l’antic clos medieval, semblen haver estat traçades per un compàs gegant. El mateix podem dir del con incomplet que corona l’església de Sant Feliu.
Cada pedra està impregnada d’instint algebraic, de perfecció geomètrica. No sabria dir ben bé per què, però la cosa certa és que mentre un passeja pel laberint poligonal de Girona, hom evoca, gairebé d’esma, la música de Bach. D’alguna forma, la capital del Gironès és la transposició pètria d’alguna cantata bachiana.




















































NORBERTO Y HANS CHRISTIAN ANDERSEN

DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS ENTRE LA CONVIVENCIA CON EL ARGENTINO Y EL CUENTO TITULADO EL NUEVO TRAJE DEL EMPERADOR

LOS CUENTOS DE HADAS

Son bellos los cuentos de hadas, y, a veces, son también ejemplares, porque de una forma amable nos instruyen sobre cómo evitar situaciones indeseables. Éste, al menos, es el caso del famosísimo cuento de Andersen titulado El Nuevo Traje del Emperador.

HANS CHRISTIAN ANDERSEN

Uno de los mayores escritores de cuentos de todos los tiempos. Entre sus obras merecen citarse: la sirenita, el patito feo, el soldadito de plomo, la Reina de las Nieves, etc.

VIAJES Y VIDA AMOROSA DE ANDERSEN

Sus tendencias homosexuales, en una época tan puritana como la suya, lastraron todos sus intentos de embarcarse en una relación amorosa. Él mismo se consideraba una “naturaleza femenina” y a veces se enamoró infructuosamente de hombres heterosexuales, buscando el complemento natural a esa feminidad suya. Sólo una vez, de creerle a él, logró mantener una relación eróticamente satisfactoria. Fue con un atractivo bailarín danés.
Ya fuera   para evadirse de sus frustraciones amorosas o para enriquecerse humanamente, lo cierto es que viajó mucho a lo largo de su vida. Viena, Estambul, Londres, Italia fueron algunos de sus destinos. También lo fue España, de la cual elogia las ciudades del sur, como Málaga , Granada, así mismo, no oculta la gran decepción que le causa Madrid, reflejada en los siguientes versos :

.¡Capital de España ¡ay, no,
qué mustia te me muestras!
De lo que te hacía española,
¡qué poco conservas!
Te pareces a Viena o a París,
no eres más España;
del norte, las nubes frías
en ti se ensañan.
Gris, húmeda, enlodada y cruel,
así eres tú.
¿En el norte días fríos y enlodados?
¡Ja, ja ja!
Peor los estoy pasando yo en Madrid,
¡capital desierta!
de española ¿qué te queda, di?

SIGNIFICADO DEL CUENTO EL NUEVO TRAJE DEL EMPERADOR

La moraleja del cuento resulta obvia. El exceso de vanidad o la obsesión por algo puede alterar nuestras capacidades mentales hasta el punto de hacernos perder el sentido de la realidad.  

SINOPSIS DEL CUENTO

El  emperador es un apasionado de la moda. Tanta devoción tiene por vestir con elegancia que desatiende los asuntos de estado. Toda su atención la acaparan los vestidos. Un día, atraídos por el fervor textil del emperador, llegan a la capital del imperio dos estafadores decididos a sacar el máximo provecho a costa de ese fervor. Su plan es simple, pero muy astuto. Propondrán al emperador la confección de un traje que sólo verán los que son aptos para sus cargos o los que son inteligentes. Tan pronto como el emperador se entera de la propuesta, le da su más entusiasta beneplácito, pues, como no podía ser de otra forma, está convencido de que él no es ni un incompetente ni un estúpido.
Inmediatamente los dos truhanes reciben ingentes cantidades de oro, seda y  piedras preciosas para tejer el traje. Instalan un telar en una sala del palacio, y fingen tejer todo el día. Por supuesto, y con la excusa de dar lo mejor de sí mismos, se hacen servir los más suculentos manjares y los vinos de mayor renombre del imperio, y por la noche recorren la ciudad en búsqueda de las más complacientes prostitutas. Viven, pues, en la molicie.
El emperador, ansioso de saber los progresos de su traje, envía a su ministro más competente para que inspeccione el trabajo de los dos estafadores. Éstos le muestran, muy diligentes, la invisible tela del nuevo traje del emperador. El ministro, consternado por lo que sus ojos contemplan, o mejor dicho, no contemplan, decide, por la cuenta que le trae, no revelar la verdad de lo visto. Al día siguiente, informa al emperador de que sus ojos han visto bordados primorosos, encajes excelsos, tejidos sin igual. El emperador, al escuchar tan fabuloso relato, arde en deseos de probarse su nuevo traje.
Finalmente, llega el tan esperado día  de estrenar su suntuoso vestido, tan elogiado por todos los que lo han contemplado.  Con gran pompa, los dos sastres estafadores simulan que despliegan unos tejidos extraídos del interior de unas cajas de madera. El emperador, horrorizado por no ser capaz de ver nada, se siente el ser más desgraciado del mundo. Su único deseo entonces sería el de ser tragado por la tierra para no tener que soportar la humillante vergüenza de  pasar como un  incompetente o, peor aún, como un imbécil, ante los ojos de sus súbditos. Sin embargo, sacando fuerzas de flaqueza, decide dar un giro inesperado a la situación, y, sin sopesar las consecuencias de su acción, se pone a alabar el vestido que, virtualmente, sostienen los dos truhanes. Se cree tanto su propia mentira que cuando los dos pícaros, entre sonrisas disimuladas, le piden que se desvista, no vacila para nada y ante la atónita mirada de sus criados, empieza a sacarse su ropa hasta quedar en paños menores.
Una vez ataviado con el invisible traje, decide desfilar ante su pueblo. Todos los ciudadanos, sabedores de la peculiar característica del nuevo traje imperial, fingen una admiración desmesurada. El emperador, envanecido por los elogios de sus vasallos, se olvida de que va desnudo, marchando como si llevara encima sus más ostentosas galas.
De repente, un niño grita: el emperador va desnudo. El comentario se propaga entre las gentes hasta que todo el mundo se da cuenta de que en verdad el emperador está en pelotas y entonces todos los presentes al desfile imperial estallan en una atronadora risa que llega hasta lo más hondo de la consciencia del emperador, haciéndosela retumbar con tanta brutalidad, que la hacen despertar de su sueño. Consciente del colosal ridículo que está haciendo ante sus inferiores, el emperador decide aguantar el tipo para no acrecentar la magnitud de la catástrofe, y, estirando el cogote y acelerando el paso, sigue avanzando hacia la tribuna presidencial, entre risotadas y chirigotas.
En las afueras de la capital del reino, los dos estafadores se las piran, pies para que os quiero, sin dar las gracias, sin decir adiós y sin dejar el menor rastro.

ANTECEDENTES DEL CUENTO DE ANDERSEN

El cuento no es original del escritor danés, pues para su redacción se inspiró en otro cuento perteneciente a la obra El Conde Lucanor del escritor medieval castellano don Juan Manuel, hijo de infantes y nieto de reyes.
Hay entre los dos relatos significativas diferencias. Las dos principales son que en el cuento del narrador castellano el vestido no lo pueden ver aquellos que no sean hijos naturales de sus padres y que no es un niño el que desenmascara el timo, sino un negro, que por su humilde condición nada tiene que perder, quien le dice la verdad al rey.

SEMEJANZAS ENTRE MI CONVIVENCIA CON EL ARGENTINO Y EL CUENTO DE ANDERSEN

La primera, y más importante, es que en el cuento de Andersen dos truhanes reciben comida, posada, regalos, dinero por tejer un traje inexistente, es decir, por no hacer NADA. Los dos estafadores, y haciendo honor a su nombre, reciben un montón de prebendas a cambio de NADA.

El emperador, mientras se pasea altivamente en pelotas, se siente el hombre más ridículo del mundo. Siente la vergüenza de haber sido estafado ante él mismo y ante sus súbditos, y sobre todo siente la dolorosa humillación de tener que vivir el resto de sus días con la deshonra de ser el hazmerreír  de su pueblo. Sin lugar a dudas, se siente horrorizado por el tremendo batacazo que le han endilgado  a su amor propio, del cual no se cree capaz de reponerse nunca.

Los dos vividores a cuenta del sufrimiento ajeno desaparecen, como es natural, sin despedirse, sin dar las gracias, sin dejar el menor rastro.

Un agente inesperado (un niño en el caso del cuento) es quien desenmascara el timo. (En mi caso fue la ciudad de Estambul (la ciudad del ying y el yang) quien me hizo percatarme del ridículo que estaba haciendo al convivir con el argentino. Todo lo que descubrí en Estambul, lo constaté más tarde en Barcelona, cuando al acudir a una discoteca, coincidí con el argentino, quien, sin percatarse de mi presencia, y acompañado de su flamante pareja, se entregaba a la diversión más alocada, desatendiendo así su deber con aquel que tanto le había ayudado. (Pero no desatendió su deber por maldad, como él quiere hacerse creer a sí mismo, sino por amoralidad)

Igual que el emperador, por dar una trascendencia exagerada a unas simples coincidencias, perdí el sentido de la realidad, viendo castillos o molinos donde no había nada. Viendo un hombre deprimido, donde había un tipo con pocos escrúpulos y con menos principios éticos. Viendo un hombre humilde y bondadoso donde había un tipo calculador y egoísta, viendo un seguidor de Cristo y San Francisco de Asís donde había, sobre todo,  un  frívolo encantado de haberse conocido, viendo un hombre donde sólo había una sombra orgullosa incapaz de reconocer sus imperfecciones, etc.

DIFERENCIAS ENTRE MI CONVIVENCIA CON EL ARGENTINO Y EL CUENTO DE ANDERSEN

La principal, y definitiva, es que los dos estafadores no llaman al emperador PSICÓPATA por querer ponerlos en evidencia por la estafa de la que ha sido víctima. Ni mucho menos se atreven a considerar un tarado a Hans Cristian Andersen por pretender contar mediante un cuento de hadas la burla sufrida por el emperador. Los dos estafadores, en el caso de que les llegara a sus oídos la revancha del Emperador, lo acusarían de rencoroso, de resentido, de exagerado, de intransigente, de cruel, etc., pero no creo que se les ocurriera tildarlo de enfermo mental.

Los dos estafadores obraron con mala fe, en cambio, el argentino obró por obrar, sin buena ni mala fe, casi por instinto. Se decantó por lo más fácil, sin casi sopesar nada. Su conducta fue, pues, mucho más amoral que no inmoral. Basta leer la biografía publicada por su hermano para darse cuenta de ello.


APOSTILLA FINAL SOBRE MI CONVIVENCIA CON EL ARGENTINO.

Creo que el príncipe Don Juan Manuel estuvo acertado al concluir su cuento con las siguientes palabras:

»Así, vos, señor Conde Lucanor, como aquel hombre os pide que ninguna persona de vuestra confianza sepa lo que os propone, estad seguro de que piensa engañaros, pues debéis comprender que no tiene motivos para buscar vuestro provecho, ya que apenas os conoce, mientras que, quienes han vivido con vos, siempre procurarán serviros y favoreceros.

Cuánta verdad hay en las anteriores palabras. ¿Por qué  el argentino iba a buscar mi provecho si a penas me conocía?

De todas maneras, tampoco le hubiera costado demasiado dar las gracias por los dones recibidos. Como bien dice el adagio: es de bien nacido ser agradecido.  Aunque, bien mirado, por qué me lo iba a agradecer a mí, si se lo puede agradecer a sí mismo.

LA PARADOJA DEL ARGENTINO

Hoy, cuando siento mi convivencia con él como una “estafa amoral”, me doy perfectamente cuenta de que el argentino, al menos en lo más profundo de su corazón, no tenía ninguna intención de estafar ni de herir ni tampoco de despreciar. Sobre todo huía de la soledad, y en su desesperada huída, buscaba una alma gemela en la cual sentirse acogido. Necesitaba, a toda costa, la compañía de alguien afín a él. (Lo de la soledad me quedó clarísimo cuando intentó presentarme a un tal JOAN SEBASTIÀ como “muy amigo suyo”, nunca olvidaré la cara que puso ese señor, (cuyo oficio es, por decirlo de alguna forma,  conocer a gente nueva cada día), al preguntarle  si conocía al argentino, pero eso, y las falsas expectativas que me creé por culpa de ese señor que ejercía de "relaciones públicas", lo dejaremos quizás para otra ocasión).
Lo más profundo de su alma no buscaba, en verdad, ni una casa, ni una cama, ni un trozo de pan o un vaso de agua, buscaba, en el fondo, un alma afín.
Hay que convenir que la búsqueda de una alma afín no es sólo algo muy respetable, sino también muy recomendable.  Pero el argentino la cagó bien cagada, por decirlo vulgarmente, cuando me "puso a caldo" por no ser afín a él, es decir, por no hacer lo que a él le hubiera gustado que hiciera. 
¿Pero si buscaba eso, por qué no lo dijo claramente? ( No puedo creerme que alguien tenga tanto morro como para aprovecharse, premeditadamente, de otro a cambio de NADA.) ¿Por qué dijo que buscaba caridad, cuando no era exactamente eso lo que buscaba? En verdad lo dijo veladamente, como demuestran alguno de sus mails. Pero si no lo dijo abiertamente, es por la sencilla razón de que esas cosas no se dicen, sino que uno espera a que surjan sin necesidad de forzarlas.
Es verdad que le abrí las puertas de mi casa, porque ese era el pacto. Pero más verdad es que NUNCA le abrí las puertas de mi alma.
No se las abrí porque NUNCA presentí en él un SER ESPIRITUAL (en nuestra sociedad materialista está muy bien visto no ser espiritual, no sólo está muy bien visto, sino que se considera lo único coherente, sin lugar a dudas, eso es lo más fácil, lo que te hace ser aceptado por muchos, lo que te impone el ambiente y te abre las puertas de muchos cenáculos, pero a quien así obra, ¿se le puede llamar libre? Creo que el argentino no es ESPIRITUAL porque no es LIBRE (lo amoral está reñido, por definición, con el libre albedrío. Como muy bien afirmó FRANKL: ser hombre equivale a ser consciente y RESPONSABLE)
Nunca despertó en mi ALMA un deseo puro de AMOR.

P.D: El problema no es ser espiritual o materialista, sino ser o no ser honesto, y es evidente  que quien siendo materialista, se proclama espiritual, está siendo con él mismo, y con los demás, muy deshonesto y muy falso. 
Y, SOBRE TODO, NO ES CUESTIÓN DE SER BUEN O MAL CHICO, DE BONDAD O MALDAD, SINO DE SER TORPE O NO, AL MENOS EN EL CASO DEL  ARGENTINO, Y YA SE QUE ÉL NO LO QUIERE ADMITIR, ES UNA CUESTIÓN DE TORPEZA o de no torpeza.


The question is not being spiritual or materialistic, but being or not being honest, and obviously who, being a materialistic person, proclaims to be spiritual is being, with himself, and others, very dishonest and very insincere.

AND, ABOVE ALL, it is NOT A MATTER OF BEING GOOD OR BAD BOY, either of goodness or badness, but of being CLUMSY OR NOT, AT LEAST IN THE CASE OF my ARGENTINEAN, AND I know HE will never agree with me, IT IS A MATTER OF clumsiness or not clumsiness.

domingo, 8 de enero de 2012

EL "BESO DE JUDAS" DE BAYONA A JESÚS DE NAZARET

FERNANDO BAYONA, LO HOMOSEXUAL Y EL ARTE TRAMPOSO




En plena época postmodernista, no se respeta ninguna jerarquía de valores. Lo que antes se consideraba excelso, hoy se arrastra por el polvo y viceversa. Abunda, en estos tiempos de aturdimiento, una adoración de todo lo vulgar, lo feo y lo inmoral. Se confunde la libertad con la anarquía y se pretende deslegitimar a la ley, y a los encargados de aplicarla, como represores de los instintos más “naturales”. En medio de un ambiente tan propenso al “todo vale” como el descrito, no debería extrañarnos que proliferen “engendros” como el del señor Bayona, cuyo último fin es conseguir la notoriedad a costa del dolor del prójimo. No sabemos si pasará o no, el artista granadino, a la posteridad. De momento, ha pasado a las crónicas de sucesos por su polémica “exposición”. Más que centrarme sobre si es o no arte su serie de 14 fotos titulada “Circus Christi”, prefiero explayarme sobre el doble rasero de medir el sufrimiento ajeno exhibido, a raíz de las protestas que suscitó la obre del señor Fernando Bayona, por los adalides de la Libertad de Expresión. Imagínense que en lugar de elegir como tema “ La Vida de Cristo” , se hubiera decantado por el tema “ La Enfermedad Humana”, y a lo largo de 14 fotos hubiera retratado a personas enfermas:  un leproso, un esquizofrénico, un tuberculoso, etc. Hasta aquí nada que objetar. Pero qué hubiera pasado, si en una de esas fotos se mostraran dos hombres besándose entre sí, sugiriendo bien a las claras que la homosexualidad es una enfermedad más. Cuántos de los que aplauden entusiastamente su actual obra no se hubieran rasgado las vestiduras. Es decir, es razonable atacar las creencias de los cristianos, pero no se puede polemizar sobre la naturaleza de los deseos homosexuales. ¿Es eso justo? Me temo que no, y sin embargo, para un tanto por ciento considerable de la población, lo anterior es juzgado no sólo como razonable, sino como lo más correcto. Pero en los tiempos que corren, ¿qué otro objeto tendría presentar a la homosexualidad como una enfermedad sino la de herir a los homosexuales? Si convenimos, pues, en mostrar nuestra repulsa hacia los que afirman que los gays son unos enfermos, ¿por qué no la mostramos hacia los que, para hacerse a cualquier precio un nombre en los círculos artísticos, no dudan en denigrar las creencias cristianas? Se podría responder porque no es comparable una cosa con la otra. Pero eso no parece muy fundamentado, porque el dolor, la humillación, la mofa, el desprecio, son sentidos tanto por los gays como por los cristianos, luego si todos debemos convivir conjuntamente no sería lo más lógico establecer unas reglas de juego que permitieran el respeto mutuo. No tengo la menor duda de que el señor Bayona conoce esas reglas, pero en él puede más la vanidad de atraer la atención de sus semejantes que no la tolerancia hacia las creencias de los otros. Las conoce tan bien que nunca se hubiera atrevido a parodiar, con tanta mala uva como la que gasta para Cristo, la vida de Mahoma, o la violencia de género, o la pederastia, etc. Ataca, curiosamente, a lo que sabe débil y sin mucha capacidad de respuesta. Si en este caso se atreve es porque sabe que así hace la rosca a sus mecenas, a los que le han subvencionado la carrera artística. Es por tanto, su exposición, una genuflexión ante sus patrones. Una reverencia babosa ante el poder que lo sustenta. No hay nada de valentía en sus fotos, nada de arrojo, sino una sumisión total a los gustos imperantes entre determinados círculos intelectuales, un sometimiento absoluto a unas determinadas reglas de juego muy en boga en nuestra sociedad. No hay ninguna voluntad de innovación, de riesgo, todo está muy calculado para provocar el efecto deseado, para complacer a los que reparten los carnets de “genio”. Es, por lo tanto, el arte de Bayona un arte muy académico y servil, y también, como no, muy acomodado, que, en el fondo, busca más que el potencial público gay que contemple la exposición se haga una paja que no otra cosa. A la vez que transmite la imagen, al conjunto de la sociedad, de lo muy “calientapollas” que son “esos maricones”. ¡Qué oportunidad perdida, Dios mío, de dignificar lo homosexual, de otorgarle carta de naturaleza, de hacerlo compatible con el amor cristiano, de dotarle de rango espiritual¡¡ No, no, el pobre Bayona se limita a ahondar en el tópico. Si los gays ya son vistos por el imaginario hetero como unos “ frívolos cachondos mentales”, el aún magnifica más esa tendenciosa percepción, como si deseara sancionarla de una vez por todas.
Por supuesto no somos tan ingenuos como para no saber que una de las formas de ser admirado es la de ejercer de “enfant terrible” o de “transgresor sin escrúpulos”. Pero, entonces me pregunto si en nombre del arte todo vale. La respuesta es evidentemente No, pues de lo contrario, nos devoraríamos los unos a los otros. Ya se sabe, como dijo Hobbes, que el hombre es un lobo para el hombre. Se puede, con ánimo provocador, exhibir un inodoro embadurnado con mierda fresca, y proclamar a los 4 vientos que eso es arte. Se podría, claro que sí. Pero habría que advertirse que si todo es arte, nada es arte. Luego para que algo sea arte se deberían establecer unas leyes estéticas para decidir lo que es o no arte. Sin esas leyes, y ya sé que a muchos les repatean los hígados toda clase de prescripción, el arte se convertirá en un caos que por no ser, no será ni bello. Las leyes siempre han existido, en el ámbito estético, moral, etc. Aunque sólo sea para derogarlas y promulgar otras de nuevas, esas leyes deben existir. Porque el arte nunca es un fenómeno individual, si no que siempre tiende hacia el reconocimiento de un público. Al menos lo es en el caso de Bayona, por eso lo expone al ojo del prójimo. El arte es un hecho social, y como tal, debe regirse por unas normas para no ser fuente de conflictos entre quienes lo admiran. En él lo individual nunca debe excluir o ningunear a lo social. Porque si se socavan los cimientos de un edificio, éste se desploma. Así, si bien era legítimo parodiar o cuestionar a la inquisición o a las altas jerarquías de la iglesia cuando éstas ejercían un poder despótico sobre la sociedad, imponiendo sus dogmas sobre todo individuo de la forma más sanguinaria, debe reconocerse que es de lo más incívico atacar, por el placer de atacar, a los que nada imponen a los demás, a los que se limitan a hacer oír su voz respetando las reglas democráticas. El derecho al honor está protegido en la Constitución española y es evidente que Bayona, al presentar a Cristo como un “maricón salido” defeca sobre el Mesías y sobre todos los creyentes que lo aman. ¿Por qué, en justa correspondencia, los cristianos no pueden tildar a la madre del granadino de asesina, de psicópata, de prostituta? ¿ Por qué no pueden decir de él que  induce a la mala vida a los jóvenes? Porque igual que ataca por frivolidad valores muy asentados en muchas consciencias de sus conciudadanos, también estos podrían atacarle a él a través del insulto o del escarnio. Sin duda, esa espiral de odio no es deseable y debemos fomentar el respeto, justo lo que su obra no promueve. Y no lo promueve por la sencilla razón de que no tiene la capacidad de hacerlo. Bayona quiere ocultar tras el " premeditado escándalo" su mediocridad artística.