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jueves, 28 de agosto de 2014

UN ARGENTINO CONTRA EL REIKI

ENRIQUE MARQUEZ - Tributo a Emily Rosa y su experimento con charlatanes (6-1-12) 

A continuación, el video aparecido en youtube, donde el argentino Enrique Martínez habla contra las terapias de toque.

 

LA NIÑA PRODIGIO QUE DESMONTÓ LA TERAPIA DEL REIKI CON UN TRABAJO ESCOLAR


LA NIÑA QUE DEMOSTRÓ LAS TRAMPAS DEL REIKI

A continuación reproduzco el artículo aparecido en el diario ABC.

Emily Rosa a la edad de 9 años

Con once años logró un reto que a muchos investigadores les cuesta años de esfuerzo: publicar en una revista científica. Emily Rosa está en la Historia de la Ciencia por ser la persona más joven en llevar una de sus investigaciones a las páginas de una publicación. Y lo hizo con un trabajo que desmontó a la supuesta medicina alternativa del toque terapéutico, una técnica de sanación relacionada con el reiki.
El toque terapéutico y el reiki parten de una premisa: el ser humano tiene un «campo energético» que si se desequilibra causa enfermedades. El terapeuta, a modo de guía, puede imponer las manos para cambiar el flujo del chi (para los chinos la energía espiritual del universo) –o prana, en su versión india– que hace mejorar la salud del enfermo. Un tratamiento que la ciencia nunca ha aceptado.
Aunque tanto el reiki como el toque terapéutico suenan a algo ancestral de miles de años de historia con una profunda base espiritual, lo cierto es que son técnicas que se inventaron en el siglo XX. En concreto el toque terapéutico surge en 1970 de la mano de Dolores Krieger, profesora emérita de enfermería en la Universidad de Nueva York. Junto a una compañera, Dora Kun, seguidora de la teosofía (una amalgama de filosofía, ciencia y espiritualidad) crearon esta pseudociencia que asegura la sanación con la simple imposición de las manos.
En pocos años hubo un crecimiento exponencial de seguidores de esta técnica. Incluyendo a miles de médicos que en Estados Unidos la aprendieron con todo el halo místico que le trataron de insuflar pese a que estaba recién creada. Luis Alfonso Gámez, que lleva una vida desmontando «magufos» desde su tribuna de El Correo, cifra en más de 43.000 los sanitarios que practicaban el toque terapéutico en un artículo que también cuenta la historia de Emily Rosa.

Un trabajo de 4º curso

Con estos antecedentes, una de esas niñas que no paran de cuestionárselo todo se lanzó a descubrir qué había detrás del toque terapéutico. Emily Rosa, entonces una estudiante de cuarto grado en un colegio normal del estado de Colorado, diseñó un sencillo experimento para determinar si los «terapeutas» pueden o no sentir el «campo energético» de los seres humanos. El resultado no pudo ser más claro: apenas sentían nada.
El proceso era simple: Emily Rosa se sentaba frente al terapeuta. Entre ellos una mampara de cartón impedía poder verse cara a cara. Solo había dos huecos en la pantalla por donde el experto en toque terapéutico introducía sus manos. En ese momento Emily elegía acercar su mano (y con ella su supuesta energía vital) a una de las dos extremidades del terapeuta, que debía «sentir» sobre cuál de ellas se situaba (sin aproximarse demasiado para que no sintieran el calor corporal, algo realmente constatable sin ningún poder místico).
El resultado fue que de los 28 tests que realizó, el porcentaje de acierto fue un 47%. Tan aproximado a lo que dice la probabilidad que, efectivamente, si lo hubieran realizado personas al azar el resultado hubiera sido el mismo. Tanto es así que la elección de la mano sobre la que Emily enviaba su energía la hacía con la ayuda de una moneda lanzada al aire. Puro azar, pura estadística.
Sin embargo Dolores Krieger, la fundadora de esta medicina, no se prestó al experimento. «La vi y estaba muy asustada», contaba la niña en una entrevista. Una entrevista en la que también sorprende descubrir su «mente científica», siempre buscando que otros refutaran su experimento, esperando que otras personas repitieran su prueba para poder afirmar con seguridad su verdad: la verdad de la ciencia contrastada.
El resultado de tanto esfuerzo llegó en 1998 con la publicación de su trabajo en la revista Journal of the American Medical Association. Un logro épico para el trabajo escolar de una niña de 11 años.

viernes, 15 de agosto de 2014

NORBERTO Y EL MILAGRO DE SAN FRANCISCO EN LLEIDA



NORBERTO Y EL MILAGRO DE SAN FRANCISCO EN LLEIDA

Recuerdo, con entrañable nostalgia, los momentos vividos en Asís. Todo es tan sencillo y bueno allí. Incluso algunas cosas son indeciblemente bellas. Entre las cuales las pinturas de Giotto y de sus ayudantes, mediante las cuales, y en número de 28, se narra la vida del Poverello. Son, sin lugar a dudas, una de las cimas del arte universal.

28 escenas donde se representan algunos de los momentos más cruciales de la biografía del santo de Asís, como el Milagro del Crucifijo de San Damiano, la Renuncia de los Bienes Materiales, la Confirmación de la Regla por el Papa, el Sermón a los Pájaros, San Francisco recibe los Estigmas, Muerte y Ascensión  de San Francisco, etc.

SAN FRANCISCO CURA AL ENFERMO DE LLEIDA, fresco pintado por GIOTTO y discípulos en la Basílica de San Francisco de ASÏS


Pues para mi sorpresa, entre esas escenas había una titulada Curación de un Hombre de Ilerda, así, tal como suena, de ILERDA, es decir, de LLeida. Pues así se dice en latín. Según el genial pintor Giotto, entre las cosas más importantes que realizó el poverello hay que incluir su milagro en Lleida, y para que así conste, lo pintó en la Basílica de San Francisco de Asís para que todos los peregrinos que acuden allí lo contemplen.



¿ CUAL ES LA ÚNICA COINCIDENCIA ENTRE NORBERTO CICIARO Y SAN FRANCISCO DE ASÍS?



Pues solo se me ocurre una: que los dos han estado en Lleida. El santo estuvo allí para hacer el bien mientras que el argentino para hacer no sé muy bien qué.





¿POR QUÉ HIZO UN MILAGRO SAN FRANCISCO EN LLEIDA CUANDO YA HABÍA FALLECIDO?



Por supuesto no lo hizo para ganarse el cielo, pues ya estaba en él, ni tampoco para aumentar su felicidad, porque siendo un bienaventurado, nada le podía reportar mayor felicidad que ver cara a cara a Dios, que ese es el privilegio de todos los bienaventurados. Luego, por qué lo hizo? La respuesta nos la da San Buenaventura en su Leyenda Mayor: “A medida que crece la fama del milagro, va acudiendo presuroso el pueblo entero que, comprobando en un prodigio tan evidente el poder de las llagas de San Francisco, se llena de admiración y gozo a un tiempo y glorifica con grandes alabanzas al portador de las señales de Cristo.” Es decir, lo hizo para ser glorificado en la tierra. Por el mismo motivo creó Dios al hombre: para ser glorificado. Tal deseo de ser glorificado no tiene que verse como una vanidad, sino como una voluntad de reciprocidad. Si alguien hace algo por los demás sin que reciba nada a cambio, sin que esa acción no produzca el menor efecto en los demás, mejor no haberla hecha.




EL PORQUÉ DE MI OBRA DE CARIDAD CON NORBERTO.

Tenía previsto recibir una importante cantidad de dinero por un motivo indirectamente relacionado con el argentino, por eso me pareció justo compartir con él  un poco de esa cantidad. Mi previsión de recibir ese dinero no era ningún delirio, pues en otras ocasiones lo había recibido, aunque en las anteriores veces por motivos que no tenían ninguna relación con el argentino. Por eso mismo, le ofrecí dos maneras para materializar esa caridad:

1.- Puedes venir a Lleida y estar en una de mis casas.

2.- Puedo yo ir a Barcelona para entregarte periódicamente pequeñas ayudas.



A pesar de todo, no lo tenía muy claro. Solamente cuando alguien muy relevante me aseguró que recibiría dicho dinero decidí ofrecer mi caridad.

Hay que aclarar que al principio yo nada sabía de la difícil situación por la que pasaba el argentino, pero a pesar de eso, ya barruntaba cómo podría agradecerle ese dinero que de alguna manera estaba relacionado con él. No lo tenía muy claro, pero todo se fue aclarando cuando por casualidad descubrí su fecha de nacimiento, que coincidía con la fecha de un curso muy importante que tenía que hacer. Para no olvidar qué día empezaba el curso, había colgado en mi habitación tres folios con dicha fecha. Cada vez que entraba, veía la fecha, e indirectamente pensaba en el cumpleaños del argentino. Cuál  no fue mi sorpresa al conocer su difícil situación¡¡¡ Sentí el deber moral de hacer una obra de caridad…



MIS PREVISIONES NO SE CUMPLIERON


Finalmente, no recibí el dinero. El 22 de mayo me enteré que no lo recibiría. Sin embargo, decidí continuar, no sin algunos titubeos, mi obra de caridad. Pero ya no fue lo mismo, porque de alguna manera a partir de entonces la convivencia con el argentino adquirió mucha más importancia que no la caridad. No sabía encontrarle ningún sentido a esa convivencia, lo cual cada vez me inquietaba más. Él simpre iba a la suya, y a mí me prestaba muy poca atención. Lo más importante para él era que se cumplieran sus objetivos.




EL GRAN ERROR DEL ARGENTINO

Fue sin duda confundir la convivencia con la caridad. Debía de haberlas sabido diferenciar. Que la convivencia no funcionara bien no implica que la obra de caridad no funcionara, porque bien sabe él que siguió funcionando igual que el primer día. La convivencia funcionó mal porque el argentino me discriminó respecto a los demás desde el primer día y eso es algo difícil de asumir. Además, y eso es lo más importante, nunca constaté que el argentino tuviera los ánimos destruidos, sino más bien lo contrario. No  tenía la depresión de mi padre. Estaba normal de ánimos.



SE IMAGINAN SI EL HOMBRE DE LLEIDA A QUIEN CURÓ SAN FRANCISCO LE HUBIERA NEGADO LA PALABRA A ÉSTE.



Eso hizo Norberto conmigo, y eso es lo que más me dolió de todo. Por soberbia y por no querer perder su tiempo negó la palabra a quien le ayudó.

Que hizo el enfermo de Lleida, cuando fue curado por San Francisco: “Sintiéndose sano y prorrumpiendo alegremente en alabanzas de Dios y de San Francisco, llamó a su mujer.” “«No temáis y no creáis que es falso lo que veis, porque San Francisco acaba de salir de este lugar y con el contacto de sus sagradas manos me ha curado totalmente de mis heridas».”

Que hizo Norberto: pues negarme la palabra y apartarme para siempre de su vida.




MI DECEPCIÓN, SEMEJANZA CON EL MILAGRO DE LLEIDA

Yo también pensaba que Norberto estaba enfermo, la depresión es una enfermedad terrible, lo sé porque mi padre la ha padecido, a intervalos, durante diez años. Pero en verdad Norberto no padecía depresión, a pesar de que me dijo que estaba “muy deprimido”. Creí que mi caridad tendría el poder de la curación, pero no había nada que curar.



LA SANTA VOLUNTAD DEL ARGENTINO

El argentino está acostumbrado desde muy joven a hacer su voluntad, desque se fue a una temprana edad de casa de sus padres. Pero hacer la santa voluntad no siempre es acertado ni tampoco te hace ser mejor persona.




CÓMO SERÍA LA VIDA DE NORBERTO SI HUBIERA SIDO AGRADECIDO.



Aunque sea especular por especular, creo que su vida sería más auténtica. No hay la menor duda de que San Francisco, de conocerlo, le hubiera censurado su forma de entender el sexo, su ilegítima manera de confundir el amor sexual con el amor fraternal, es decir, el agape con el eros, pero se lo hubiera censurado bondadosamente. ¿Hubiera sido esa crítica justa una razón para despreciar a San Francisco, para darle la espalda?

Quizás el corazón del argentino no hubiera necesitado terapias orientales para sentirse en paz. Sus propios actos le hubieran bastado para sentirse en paz consigo mismo y con los demás.







DESCRIPCION DEL MILAGRO DE SAN FRANCISCO EN LLEIDA



La narración de dicho milagro se puede encontrar en La Leyenda Mayor, la biografía más fiable del poverello, redactada, ni más ni menos que, por San Buenaventura, él mismo santo y uno de los mayores filósofos de la Edad Media, franciscano ejemplar que llegó a ser Ministro General de la orden francisca, nacido en 1221, antes de que muriese San Francisco. La Leyenda Mayor es, por otra parte, como todos los estudiosos del arte saben, la obra en que se basó Giotto para pintar los inmortales frescos de la Basílica de San Francisco de Asís.



A continuación, el milagro de Lleida tal como lo cuenta San Buenaventura:



“En la ciudad de Lérida (cf. 3 Cel 11-13), en Cataluña, tuvo lugar también el siguiente hecho. Un hombre llamado Juan, devoto de San Francisco, atravesaba de noche un camino donde acechaban para dar muerte a un hombre que ciertamente no era él, que no tenía enemigos. Pero el hombre a quien querían matar le era muy parecido y en aquella sazón formaba parte de su acompañamiento.

Saliendo un hombre de la emboscada preparada y pensando que el dicho Juan era su enemigo, le hirió tan de muerte con repetidos golpes de espada, que no había esperanza alguna de que recobrase la salud. En el primer golpe le cercenó casi por completo el hombro con el brazo; en un segundo golpe le hizo debajo de la tetilla una herida tan profunda y grande, que el aire que de ella salía podría ser bastante para apagar unas seis velas que ardieran juntas. A juicio de los médicos, la curación era imposible porque, habiéndose gangrenado las heridas, despedían un hedor tan intolerable, que hasta a su propia mujer le repugnaba fuertemente; en lo humano no les quedaba remedio alguno.

En este trance se volvió con toda la devoción que pudo al bienaventurado padre Francisco para impetrar su patrocinio; ya antes, en el momento de ser golpeado, le había invocado con inmensa confianza, como había invocado también a la Santísima Virgen.

Y he aquí que, mientras aquel desgraciado estaba postrado en el lecho solitario de la calamidad y, velando y gimiendo, invocaba frecuentemente el nombre de Francisco, de pronto se le hace presente uno, vestido con el hábito de hermano menor, que, al parecer, había entrado por la ventana. Llamándole éste por su nombre, le dijo: «Mira, Dios te librará, porque has tenido confianza en mí». Preguntóle el enfermo quién era, y el visitante le contestó que él era Francisco. Al punto se le acercó, le quitó las vendas de las heridas y, según parecía, ungió con un ungüento todas las llagas.

Tan pronto como sintió el suave contacto de aquellas manos sagradas, que en virtud de las llagas del Salvador tenían poder para sanar, desaparecida la gangrena, restablecida la carne y cicatrizadas las heridas, recobró íntegramente su primitiva salud. Tras esto desapareció el bienaventurado Padre.

Sintiéndose sano y prorrumpiendo alegremente en alabanzas de Dios y de San Francisco, llamó a su mujer. Ella acude velozmente a la llamada, y al ver de pie a quien creía iba a ser sepultado al día siguiente, impresionada enormemente por el estupor, llena de clamores todo el vecindario. Presentándose los suyos, se esforzaban en encamarlo como si se tratase de un frenético. Pero, él, resistiéndose, aseguraba que estaba curado, y así se mostraba.

El estupor los dejó tan atónitos, que, como si hubieran sido privados de la mente, creían que lo que estaban viendo era algo fantástico. Porque aquel a quien poco antes habían visto desgarrado por atrocísimas heridas y ya todo putrefacto, lo veían alegre y totalmente incólume. Dirigiéndose a ellos el que había recuperado la salud, les dijo: «No temáis y no creáis que es falso lo que veis, porque San Francisco acaba de salir de este lugar y con el contacto de sus sagradas manos me ha curado totalmente de mis heridas».

A medida que crece la fama del milagro, va acudiendo presuroso el pueblo entero que, comprobando en un prodigio tan evidente el poder de las llagas de San Francisco, se llena de admiración y gozo a un tiempo y glorifica con grandes alabanzas al portador de las señales de Cristo.

Justo era, en verdad, que el bienaventurado Padre, muerto ya a la carne y viviendo con Cristo, diera la salud a aquel hombre mortalmente herido con la admirable manifestación de su presencia y con el suave contacto de sus manos sagradas, ya que llevaba en su cuerpo las llagas de Aquel que, muriendo por misericordia y resucitando maravillosamente, sanó, por el poder de sus llagas, al género humano, que estaba herido, y medio muerto yacía abandonado.”  

sábado, 2 de agosto de 2014

NORBERTO, LOS OPORTUNISTAS Y EL CRITERIO DE VERDAD



NORBERTO, LOS OPORTUNISTAS Y EL CRITERIO DE VERDAD



Los oportunistas se definen como los  que practican el oportunismo, entendido éste como, y según la Real Academia Española de la Lengua,  Actitud o conducta sociopolítica, económica, etc., que prescinde en cierta medida de los principios fundamentales, tomando en cuenta las circunstancias de tiempo y lugar.



La anterior definición me viene como anillo al dedo para lo que quiero expresar.

Siempre sentí, mientras conviví con el argentino que éste despreciaba, o minusvaloraba,  la razón, a los principios eternos basados en ella, anteponiendo caprichosamente sus propios arrebatos pasajeros. O mejor dicho anteponía sus creencias a la razón. Para él  la verdad no se fundamentaba en la razón sino que se basaba exclusivamente en su yo, en lo que éste dictaminara, por pura intuición, sin contrastarlo ni demostrarlo, como verdadero o falso. Es decir, el argentino erigía a su YO como a su único criterio de verdad.



Es obvio que lo juicios de valor dependen del Yo de cada uno, pero no así los hechos puramente empíricos. El sol existe independientemente de que lo creamos o no, lo mismo se puede decir de las estrellas. Hoy es domingo independientemente de que a mí me guste o no.



EJEMPLO DE CÓMO EL ARGENTINO NO SE AVINO A LO RAZONABLE.



Acogí al argentino en mi casa por caridad. Él se estuvo durante unos meses viviendo de mi generosidad. Sin embargo, cuando llegó el momento de poner fin a esa obra de caridad, el argentino fue incapaz de agradecerla. Se fue sin dar las gracias ni decir adiós. Si obró de esta manera tan egoista fue porque en lugar de atenerse a lo razonable en casos similares, optó por seguir las inclinaciones de su EGO. Dominado por la soberbia, se negó a mostrar la menor gratitud. En circunstancias similares, la razón dictamina que lo que uno debe hacer es ser agradecido, dando las gracias a la persona que te ha ayudado en momentos difíciles, es de una lógica aplastante, y es lo que la inmensa mayoría de la humanidad hace. Pero otros, como el argentino, no obran según razón, sino según razones egoístas que solo ellos entienden. Sienten un sentimiento irracional de desprecio o de odio, ya sea porque en el fondo no soportan ser ayudados, o por cualquier otro motivo mezquino, que les induce a obrar contra la razón, pero de acuerdo con ese sentimiento que no tiene justificación alguna y que sería fácilmente dominable por cualquier mente altruista.



LO MÁS RECHAZABLE DE LA ACTUACIÓN DEL ARGENTINO



Apesar de todo, no fue que el argentino se fuera sin decir adiós o sin dar las gracias lo más criticable, sino que una vez se enteró de que esa actitud suya me había herido, continuase, por soberbia, sin rectificar. Aquí es donde realmente se equivocó de verdad. Si sientes que la persona que de buena fe te ha ayudado se siente molesta por tu forma de obrar, debes mover cielo y tierra, en señal de gratitud, para que esta persona no se sienta mal. Es un deber moral obrar así. Eso lo haría cualquier persona dotada de sentido común. El argentino no, porque en él, su soberbia es la que tiene el control absoluto, y por lo tanto, la que tiene la última palabra sobre lo que se debe hacer o no. Esta forma de obrar insolidaria le crea pocos remordimientos, porque él erige como único criterio de verdad a su yo, si él establece, según su libre albedrío, que una acción es buena, es buena por la sencilla razón de que su yo la establece como buena. No hay duda de que el tiempo ha demostrado que esa actitud le ha causado más inconvenientes que beneficios, pero eso le da igual, porque para un egoísta el mayor mal sería no hacer caso a su yo. Sin embargo, lo más delirante de todo es que el argentino cree que el mismo Dios bendice las acciones de su YO, ( y por qué no el diablo? ( pues evidentemente porque su yo cree, egoístamente, que es Dios y no el diablo, de la misma forma que muchas madres creen que sus hijos son los más guapos e inteligentes).
Y sobre todo fue de lo más censurable e inmoral que el que se llena la boca de  AMOR, AMOR, AMOR, AMOR..., no practicara con el ejemplo.







EL PRINCIPIO DE RAZÓN, UN PRINCIPIO DEMOCRÀTICO



La razón, a diferencia de la creencia, une a los hombres, porque usándola todos podemos llegar a las mismas conclusiones. Es pues solidaria, fraternal, igualitaria, en suma, democrática.



El criterio de verdad basado en el YO es, por contra, una manifestación de egoísmo y de soberbia. Como solo mi yo puede determinar la verdad de las cosas, mi verdad será distinta a la de otra persona, creando así una discriminación, una visión sectaria del mundo. Solamente personas dominadas por la soberbia pueden erigir a su YO como el criterio de verdad definitivo.



La razón es, por decirlo de alguna manera, la parte de mi yo común a otro yo, por eso es la forma más válida de comunicación entre los humanos. Solo hay una forma de razonar correctamente, que cualquiera puede aprender.



LA RAZÓN NO NIEGA A LA IMAGINACIÓN



Sobre los hechos empíricos solo vale usar a la razón, porque siguen leyes fijas, determinadas por la ciencia. En cambio, sobre los hechos artísticos, la imaginación desempeña un papel predominante, ya que seguramente la belleza debe más a la imaginación que no a la razón.  



LOS ESTAFADORES EN NOMBRE DE LA IMAGINACION



Se caracterizan porque quieren hacer pasar hechos artísticos o ficticios como hechos empíricos. Se puede afirmar  que Dios existe sin faltar a la verdad, porque dicha existencia no es un hecho empírico sino de fe, pero no se puede decir que la curación de manos cura el cáncer, por la sencilla razón de que no lo cura, pues en caso de curarlo sería posible recopilar pruebas de dicha curación, pero hasta el momento no ha sido posible.
 La energía espiritual de la curación de manos solo existe en la imaginación de los curanderos. Si la sanación por imposición de manos apacigua las depresiones es por la sencilla razón de que en muchos casos las depresiones se apaciguan por sí mismas, desaparecen de la misma manera que aparecen, inesperadamente. En todo caso es evidente que si alguien te acaricia y te dice palabras cariñosas, eso ayudará a sentirte mejor, es de sentido común, peros son las palabras y las caricias, y no la energía espiritual que no existe, lo que ayuda. Acaso si hubiera un muro entre el curandero y el paciente éste lograría los mismos efectos, es evidente que no, luego no existe tal energía espiritual, como demostró una niña de neueve años, llamada Emily Rosa.



LA ESTAFA DE LOS MARCIANOS DE LUZ  DE LAS PLEYADES



La razón dictamina que tales marcianos no existen, por la sencilla razón de que nadie en el mundo puede presentar ni una sola prueba demostrando su existencia.



Responden solo a una moda, la moda new age, que tantos beneficios da a sus fundadores.



Se sabe perfectamente como los fundadores de semejante engaño trucaron las fotos donde aparecían ovnis, como crearon con cubos de basura aparatos voladores, etc. Todos sus engaños están perfectamente documentados.



Cómo es posible que haya gente que afirme que existan y que a través de ellos se puede lograr un gran bienestar mental. Porque tales personas anteponen al principio de razón, el principio de su yo. Si ellos creen que tales entidades existen, luego existen, y punto.



Les da igual que la mayoría de las personas nunca los hayan visto, con que su yo los presienta, basta.



El principio de razón nunca puede amparar a los seres mesiánicos, por eso éstos lo rechazan, erigiendo en su lugar al yo propio como único criterio de verdad.



Se consideran dotados de un sexto sentido, del cual no pueden demostrar la existencia, que les permite entender o ver lo que la mayoría no ve. Son unos sectarios, y peor, unos estafadores, porque en el fondo saben que no es verdad ninguna de sus extravagancias. Pero ellos se consideran unos elegidos, lo cual les hace sentir muy halagados.



Se sienten superiores por creer que es verdad lo que solo es fruto de su imaginación.