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jueves, 6 de diciembre de 2012

LA PALABRA FAVORITA DEL NORBERTO

La palabra favorita del argentino no es ni AMOR NI AMISTAD NI DIOS NI CRISTO NI MONJE NI BUDA NI ESPIRITUALIDAD NI FAMILIA NI PATRIA NI ARGENTINA NI MADRID NI HOMOSEXUALIDAD NI LIBERTAD NI HOGAR NI PAZ NI MARÍA NI OJOS NI LABIOS NI NATURALEZA NI CARIÑO NI ROSA NI PALOMA NI FELICIDAD O PADRE O HERMANO O SOBRINO O MUJER U HOMBRE… NI MUCHO MENOS INFANCIA O MADRE. Ni tampoco, a pesar de lo que digan muchísimas malas lenguas, YO.


 La palabra favorita del argentino es UN POLVO 



 Lo cual no sería ni bueno ni malo sino fuera porque esa misma persona tiene como modelo al PIANTAO DE PIAZZOLA, un LOCO de AMOR, para quien el amor consiste en llenar de LIBERTAD EL CORAZÓN DEL SER AMADO ( Y no de TRISTEZA como hace el argentino con muchos de los que dice "AMAR"). Si no fuera porque esa misma persona proclama a los cuatro vientos :Y LO ÚNICO QUE PERMANECERÁ SERA LA LUZ QUE ESOS ACTOS DE AMOR DEJARAN GRABADA EN MI ESPÍRITU.  

SE AMA A LAS ALMAS Y NO A LOS TROZOS DE CARNE.


 No es extraña tal incoherencia, pues esa misma persona afirmó: “Cuando pienso quien soy y quien fui, me recompongo”.  


A los 13 años uno ya tiene formado su carácter y no se puede renegar de él sin provocar graves tensiones en la mente, que suelen quedar almacenadas en el inconsciente en forma de pulsiones agresivas. Ese malestar, que en vano intenta ahogar con el sexo y la religión, se recrudece dolorosamente cada vez que su consciencia constata la insalvable distancia entre sus anhelos y sus actos, entre ese "   vendré con un poema y un trombón a desvelarte el corazón" del  PIANTAO y ese " UN POLVO" con el que el argentino se deshumaniza ( se aliena) por los arrabales anónimos de la Gran Ciudad. 

 De la misma manera que uno no puede dejar de ser HOMOSEXUAL y convertirse, para ser como los demás, en un HETEROSEXUAL. 

 El precio que el argentino ha tenido que pagar, y todavía paga, para ser como "algunos" libros de psicología afirman que se debe ser, es y será altísimo. 

Por culpa de querer ir contra su propia NATURALEZA, ahora está atrapado en esa TELARAÑA del Norte de ESPAÑA ( de la cual intenta desesperadamente escaparse, si no es que se acaba ya de escapar), a la cual llegó creyendo seguir los designios de la PROVIDENCIA y quizás también los impulsos de su solitario corazón.

 EL PRECIO QUE HA PAGADO ES EL DE HABER SIDO DESTERRADO, CASI A PERPETUIDAD, DEL REINO DEL AMOR ( es una forma poética de decir las cosas, claro).