“Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo” Lc 17, 1-6 (TODO PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COINCIDENCIA)
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sábado, 17 de enero de 2015
NORBERTO, EL PINOCHO ARGENTINO
NORBERTO, EL PINOCHO ARGENTINO
En su página, Norberto escribió que por culpa de este blog había tenido
que cambiar de móvil. Si hubiera sido como el muñeco de madera, su nariz se
habría alargado unos cuantos centímetros.
El último mensaje que envié a su móvil coincidió con la última vez que
lo vi en persona. De eso debe hacer casi cinco años. En esa ocasión, el
argentino estaba junto a Diego en una discoteca de Barcelona. Me sorprendió
mucho encontrarlo allí tan feliz y tan contento, porque yo, ingenuo de mí, pensaba
que si había cortado toda comunicación conmigo, que tanto le había ayudado en
los que quizás fueron los peores momentos de su vida, se debía a que estaba
pasando por una situación terrible, que lo dejaba totalmente abatido, sin
ánimos para hacer nada. Pero no era así, el argentino vivía momentos de gran
plenitud, y si me ignoraba era por la simple razón de que no quería saber nada
de mí. Toda mi ayuda le importaba un bledo¡¡¡ Ya no necesitaba mi
“colaboración” para nada, y, por lo tanto, se deshacía de mí como de una colilla. Así se
comportó aquel que ahora afirma que, siguiendo el ejemplo de San Francisco, reza
por mí. Manda huevos¡¡¡¡ No se puede ser más falso¡¡¡¡ Pues bien, desde
entonces que no he enviado ningún mensaje a su móvil ni tampoco he realizado
ninguna llamada. Vaya mierda de acosador que soy¡¡¡¡¡
El argentino tras esos últimos mensajes siguió con su mismo número de
móvil, al menos no lo cambió mientras vivió en la ciudad de Diego, como se puede comprobar si uno teclea en Internet dicho móvil y el
nombre de la provincia en la cual vive Diego. Cuando se fue a la fea ciudad donde reside actualmente, lo siguió conservando, como se demuestra si se teclea dicho
móvil y el nombre de dicha ciudad. Así que si hasta hace unos pocos meses, cuando este blog ya llevaba
mucho tiempo activo, Norberto mantenía su número, por qué diablos lo iba a
cambiar en estos últimos meses. No tiene ni pies ni cabeza. Pero propagando tales
mentidas, consigue mostrarse ante sí mismo y ante los demás como una víctima.
Porque en el mundo en que vive el argentino, donde existen los marcianos de luz
y los milagros a la carta, la culpa de todo siempre es de los demás.
La verdad sea dicha no sé si ahora mantiene su mismo número, porque no lo he
llamado para comprobarlo. Pero yo juraría que sí, es más, me apostaría cualquier cosa que en el caso
de que lo haya cambiado, lo ha hecho por otras razones que no la existencia
de este blog.
Parafraseando el famoso dicho: Pinocho y figura, hasta la sepultura. O, con
más razón de causa, ande yo caliente y ríase la gente¡¡¡¡
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