STATCOUNTER


domingo, 26 de mayo de 2013

NORBERTO: LA OSTENTACIÓN DE LA FELICIDAD

NORBERTO :  LA OSTENTACIÖN DE LA FELICIDAD

ESTADO CIVIL: COMPLETAMENTE FELIZ:


Hay personas que disfrutan exhibiendo impúdicamente ya sean sus riquezas, pongamos por caso un porsche rojo  último modelo, un vestido de  Versace, un collar de rubíes, un rolex de oro, ya sean su envidiable posición social, su plenitud anímica, etc. Con tan poco ejemplar comportamiento buscan, sin lugar a dudas, sentirse superiores a los demás, alabarse a sí mismos, difundir a los cuatro vientos la plenitud de sus vidas. Son unos egocéntricos incurables, y en el fondo, unos pobres hombres. Necesitan de alguna forma que su prójimo los envidie, y a la vez, hacerlo sentir un desgraciado. El sentido de sus vidas se reduce a esta inmoral ostentación de  lo que creen que los hace superiores respecto a los demás, que los hace sentirse unos elegidos, unos seres privilegiados por la Fortuna o por el mismísimo Dios.
Norberto es uno de esos hombres que necesita restregar su felicidad, sea cierta ésta o no,  por la cara de los demás. Por lo que se deduce a partir de sus palabras, su felicidad es, AHORA mismo, plena, sin sombra alguna que la enturbie.
Bien cierto es que no se sabe de entrada si esa felicidad se refiere exclusivamente a su vida sentimental, o por el contrario, abarca a toda su esfera existencial.
Si es lo primero (y todos los indicios así lo corroboran), habría que decirle que no es muy elegante no mencionar, ni de forma colateral, a la persona que, por derecho propio,  contribuye explícitamente a esa felicidad.  Porque parece que la única cualidad de esa persona sea la de hacerle feliz, como si resultara sólo admirable o buena por lo que produce en el otro y no por su ser mismo. Es decir, se la trata como medio y no como fin. En general, tal efusión temperamental me trae a la memoria aquello de “ FElIZ a más NO PODER con mi CUCHI CUCHI”, reveladoramente al poco de pronunciar tales palabras la relación con el CUCHI CUCHI se fue al CARAJO. Pero hombre de Dios, no sería más correcto decir:  razonablemente feliz con mi CUCHI CUCHI, humildemente feliz, buenamente feliz, estoy bien con mi pareja, me va bien…  Así, incluso Norberto, que ya es decir, `parecería humano ante los ojos de los demás. Pero no, como siempre, intenta camuflar la frustración sentimental de su pasado valiéndose de una afirmación que además de ser una cursilería es una inexactitud petulante. Lamentablemente, el pasado no se puede borrar, por eso mismo debería servir para que todos fuéramos  más prudentes y menos vanidosos de cara al futuro. Si llevara 25 años conviviendo con la misma persona, quizás estuviera algo justificada semejante elocuencia efusiva. Bien pudiera ser que aquel que ha tenido tantas parejas, y semiparejas, a lo largo de la vida, haya acabado por mitificar el momento presente,  consciente de que cuando menos se lo espere ese presente se disolverá irremediablemente, dejando tras de sí una estela dolorosa.

Si es lo segundo, habría que decirle al argentino que no tiene vergüenza torera. Cómo diablos alguien que ha dejado un recuerdo áspero  en tantas personas puede ignorar dicho malestar? No tiene acaso memoria para saber lo que hizo en su pasado más reciente? Le importa un bledo sus muchas desconsideraciones a su prójimo? Pues probablemente así sea.    
Si en estos momentos vive muy feliz, bien lo podría expresar con mayor discreción y humildad. No olvidando nunca de dónde viene, quién ha sido, cómo ha tratado a muchos que le abrieron sus puertas de buena fe… todo esto no ha prescrito: continua existiendo en su memoria y en la memoria de los que padecieron “sus malos rollos”. Aunque él afirme, manipulando a Santa Teresa, que TODO SE PASA, la verdad es que nuestros actos, buenos o malos, se graban de forma indeleble en nuestros corazones, y allí se quedan para siempre.
La verdad es que esta obsesión del argentino por alardear de su felicidad es bastante morbosa. Siempre que puede resalta, hasta extremos un poco patéticos, que es uno de los hombres más felices. Parece que siga las instrucciones de algún libro de autoayuda. Sin lugar a dudas es evidente que con esta forma de obrar se quiere dar ánimos a sí mismo para que así le suba la autoestima. En fin, un modo de autoengañarse como cualquier otro. Quizás se ensalce a sí mismo, porque no tiene a nadie más que lo ensalce. En el fondo, esa obsesión por sentirse el ser más feliz del mundo revela una alma muy acomplejada, que tiene miedo de aparecer desgraciada ante los demás, porque tal vulnerabilidad sería intolerable para su ilimitada SOBERBIA. Por orgullo, y no por convicción, creo que afirma que es completamente feliz.
Se mire como se mire, siempre resulta muy poco elegante que uno se diga de sí mismo que es el más guapo, el más listo, el más bueno, etc… Hace falta ser un creído, un prepotente para ir por la vida magnificándose sin mesura a sí mismo…

Pero cómo diablos puede ser completamente feliz quien dice de sí mismo que  A VECES LO HACE FATAL. Si uno es  consciente de sus propias limitaciones por lógica y por decencia no puede sentirse completamente feliz.

Yo mismo no podría decir de mí mismo que soy completamente feliz. Sin ir más lejos el recordar mi convivencia con el argentino es siempre una fuente de tristeza que me impide lograr una felicidad plena. Por supuesto hay otros muchos recuerdos y vivencias, a parte de esa desgraciada convivencia, que tampoco me permiten conseguir dicha plenitud.
Además, si yo fuera completamente feliz, ello significaría que soy absolutamente insensible ante las penalidades de los demás, que me importan un comino que mis seres amados lo pasen mal. En el mundo hay demasiada injusticia como para que una pueda ignorarla y sentirse completamente feliz.
Quizás el argentino que sólo se preocupa de su yo, sea absolutamente indiferente al sufrimiento de los demás. Dios mío, qué forma más insolidaria y lamentable de ser¡¡¡ Le da igual que existan personas que estén tristes, que no tengan qué comer, que sufran malos tratos, que duerman en plena calle, etc. Todo eso le da igual porque él es completamente feliz, nada le turba, vive encerrado en sí mismo, es, pues, UN COMPLETO AUTISTA, UN EGOCÉNTRICO IMPENITENTE…
En rigor, solo Dios es completamente feliz, porque nada le falta. Cualquier humano, por su misma esencia limitada, no puede ser plenamente feliz. 
"Solo en Dios se calmará su sed de infinito, logrando, entonces sí, la plena felicidad, la BEATITUD. Quien no antepone nada al amor de Dios será la persona más dichosa, ya que en Dios está nuestra felicidad."
SE COMPARA ACASO CON DIOS O CON CRISTO? Cristo fue el hombre más feliz porque no le negó nada a Dios olvidándose de sí mismo, preocupándose por los demás.  Alguien se puede imaginar que Norberto se olvide de sí mismo, aunque sea para agradar a Dios. Es poco creíble que el argentino deje a un lado su YO para preocuparse por los demás. Antes preferiría morir, pasar hambre, pasar miseria que olvidarse de su YO.
Todas sus connivencias místicas suenan falsas. Cómo es posible que aquél que lo dio todo para y por su carne ahora renuncie a ella para relacionarse con asociaciones místicas.

En fin, para él la felicidad es como un reloj de oro, algo que se tiene para exhibir ante los más desgraciados y su pareja, en lógica correspondencia con lo anterior, la tienda donde se compra dicho reloj.