NORBERTO Y LAS RATAS DE TARRAGONA
En una de las columnas del maravilloso claustro románico de la
catedral de Tarragona hay esculpida la leyenda del gato y las ratas,
según la cual, un gato urdió una ingeniosa estratagema para
zamparse a los ratones. El muy astuto hizo creer a los roedores que
se había muerto, éstos no cabiendo en sí de gozo, lo celebraron
organizando una procesión festiva. A mitad de camino, el sibilino
gato se reincorporó de un salto, y sin la menor compasión, devoró
a todos los ratoncitos.
Pues bien, Norberto fingió ser una cosa que no era para poder
disfrutar de mi caridad, y cuando consiguió lo que quería, dejó
aflorar su verdadera naturaleza, y sin la menor compasión aniquiló
toda posibilidad de convivir armoniosamente entre los dos.