DAVID Y LAS COSTUMBRES DE LOS DEMÁS
A veces uno tiene que seguir su propio camino, aunque sea un camino poco
frecuentado por los demás. Cada uno tiene su manera de ser , lo cual no es ningún
delito. Creo que a lo largo de su vida David ha sentido el deber moral de
seguir el camino de los demás, a pesar de que su propias pulsiones lo
arrastraran hacia otros derroteros. Más tarde o más pronto, esas violencia
contra la propia manera de ser se acaban pasando factura. Si no que se lo digan
a M J, esa persona con la que se unió para seguir el camino de los demás.
No sería más natural librarse de los miedos y las inseguridades y enfrentarse
sin temor a sí mismo, y una vez reconciliado consigo mismo, emprender el camino
que le hace más feliz, sin agobiarse por si dicho camino no es muy recomendado
por los demás.