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miércoles, 11 de febrero de 2015

DAVID, DESAPARECIDO EN COMBATE



DAVID, DESAPARECIDO EN COMBATE

Quizás sea el exceso de trabajo, quizás sea la propia manera de ser, quien sabe. Lo cierto es que sea por lo que sea, no está bien. Da igual que no se haga con mala intención, sencillamente está mal.
Hoy leyendo a uno de los más grandes filósofos, Immanuel Kant, he recordado a David,
“ l recuerdo de una mala acción nuestra cometida hace muchos años no atenúa su hiriente intensidad por mucho tiempo que haya transcurrido, por muchas veces que la hayamos recordado. Las acciones morales tienen un valor superior a los meros aciertos y fallos y la insatisfacción por nuestras malas obras es permanente, ajena al paso del tiempo (que en cambio sí difumina recuerdos sentimentales).”
No entiendo por qué lo que es  tan fácil, resulta tan difícil para algunos. Ya sé que cada uno tiene su carácter y  sus rarezas, pero todo tiene un límite.
Siempre me digo que David no merece las atenciones, tengo que cortarlas de raíz, pero no acabo de dar el paso, porque lo conozco y sé que no hay mala fe, que todo es debido a esa inseguridad y a esa pereza tan exagerada que le impide desarrollar hasta las más simples habilidades sociales. En fin, que tanto va el cántaro a la fuente que algún día se va a romper…
Si en el fondo solo se trata de corresponder a un gesto… ay, este David… Se dan valor a cosas que no lo tienen, como tener un poco más ejercitados los músculos, y a otras cosas que sí que lo tienen se las da de lado.