¿Cómo Norberto, haciendo
lo mismo que hace, conseguiría ser honesto y respetado por la comunidad científica?
Pues muy sencillo,
cambiando la palabra energía espiritual por sugestión. Por ejemplo, hablando así
a sus pacientes:
“ Ahora pasando mis manos
por encima de tu abdomen y de tus miembros, te voy a sugestionar. Déjate
sugestionar, déjate lleva por mi, deja que mi sugestión se apodere de tu mente…
y ya verás como notas un alivio…etc.”.
Obrando así, haría de la
imposición de manos algo honesto y digno, sin entrar en conflicto con los
conocimientos científicos del momento. Porque
es obvio que la ciencia moderna reconoce las virtudes terapéuticas del efecto
placebo, pero como es lógico nunca reconocerá los efectos de algo que no se
puede medir, por la simple razón de que lo que no se puede medir no existe en
este mundo, en el más allá a lo mejor sí, pero en el más aquí
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO EXISTEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE¡¡¡¡¡¡