No existe la energía
espiritual del REIKI. Es un invento japonés sin base científica, pues aunque dicha energía sea
supuestamente espiritual, sirve, sobre todo, para curar cosas tan materiales como
el dolor de cabeza, la angustia de los enfermos terminales, el dolor reumático,
etc. En general, dolencias relacionadas con la cantidad de neurotransmisores en
las sinapsis cerebrales. Para actuar sobre dichos neurotransmisores no hace
falta ninguna energía espiritual, sino una serie de impulsos nerviosos generados
por alguna sensación o percepción que impresione al cerebro, por ejemplo, una
caricia o una palabra cariñosa. En todo caso, esa supuesta energía espiritual
logra exactamente lo mismo que consigue el mucho más humilde efecto placebo. Lo
cual ya es muy sintomático, porque siendo dicha energía espiritual algo tan
extraordinario que no puede ser medido, bien debería conseguir a su vez
efectos extraordinarios, como por ejemplo la completa curación de los cánceres,
la desaparición total de toda clase de angustias, pero evidentemente no
consigue nada de todo esto, por la sencilla razón de que dicha energía
espiritual no existe, y sus resultados se limitan a reproducir los que se
consiguen con el efecto placebo, porque el REIKI no es nada más que un efecto
placebo camuflado tras la charlatanería de unos vendedores de humo.