UN TAL NORBERT
Este año, al pasar la lista de mis nuevos
alumnos, vi escrito el nombre de Norbert. Rápidamente mi cerebro
evocó el recuerdo del nefasto argentino. Era inevitable. Nunca en
mis más de veinte años había conocido un alumno con ese nombre y
como es lógico llamó poderosamente mi atención, porque es
imposible que pronuncie su nombre sin que al instante recuerde al
Norberto que conocí años atrás para mi desgracia.
Norbert es un chico de apenas 12 años, algo
retraído y poco decidido, que no se parece físicamente al
argentino. Es de origen catalán, y vive en un pequeño pueblo. La
verdad es que ha sido una simple coincidencia, sin ninguna
repercusión práctica, porque no creo para nada que eso deba de ser
interpretado como que en las próximas semanas volverá el Norberto a
mi vida. Pero, en todo caso, ha sido una coincidencia pintoresca.