Un niño, si no es amado
por su madre (en su ausencia por su padre) se siente en peligro de muerte. Como la vida tiende a perdurar,
el infante se divide para comenzar a amarse a sí mismo. Esta solución, aunque
le permite vivir, encubre
un odio feroz hacia la madre y un dolor reprimido
por no sentirse digno del amor de ella.
El narcisismo es
peligroso. Si alguien se reconoce
como tal y quiere liberarse, tendría que hacerse consciente de los
daños causados y emprender un trabajo sobre sí mismo, ahondando hasta encontrar
en el fondo el odio y el dolor reprimido. Cosa
que será incapaz de hacer solo … La realidad, que es esencialmente mágica, puede enviarle una desgracia, ya sea
ruina económica, muerte de un familiar cercano, enfermedad grave, escándalo
social, encuentro con una persona extraordinaria (una santa, un sabio, un gran
terapeuta, un chamán). Si esto le
sucede, es posible que la esfera egoísta en la que vive encerrado se quiebre
y, ayudado por ese
“azar” caritativo, (cariño materno que siempre había esperado) emprenda una nueva
vida.
El narcisismo, siendo una persona enamorada de sí misma, es una
relación homosexual incestuosa. El ser constantemente dividido en dos (el que
ama y el amado) pierde la unión con el Otro. De esta trampa enceguecedora es difícil
escapar. En la mitología griega, Narciso por querer besar a su reflejo en el
agua de un lago, se ahoga.