DAVID EN SU GUARIDA
A veces, me pregunto qué debe de hacer David en su guarida; pues qué va a hacer, lo mismo
que hacen todos los mamíferos: comer, dormir, y sobre todo, limpiar. Eso es lo
que me imagino, porque tampoco tengo otra forma de saberlo. Consciente de que
cuanto más pase el tiempo, menos voy a saberlo. Sin embargo, creo que es bueno
saber decir basta de vez en cuando. Yo lo he hecho, y no me arrepiento. Es
verdad que hay personas con un don para hacer siempre lo que está bien y lo que
complace a los que están a su alrededor, mientras que hay otras para lo
contrario. Pero independientemente de que uno sea más o menos torpe, más o
menos sociable, siempre tiene que haber una línea roja que nunca debe ser
traspasada, porque si se traspasa entonces uno ya no es capaz de reconocer en
el prójimo a un igual, más bien lo considera como un medio, como una cosa más,
pero eso es indigno, porque en el interior de esa cosa late un corazón con los
mismos sueños y esperanzas que ilusionan a cualquier
humano